Una corte en Alemania examinaba este martes una demanda contra Volkswagen presentada por Greenpeace para obligar al fabricante a dejar de vender vehículos nuevos de gasolina o diésel a partir de 2030.
Dos dirigentes de Greenpeace Alemania y la activista climática Clara Meyer, que iniciaron la demanda, también quieren obligar al segundo mayor fabricante de automóviles del mundo a reducir sus emisiones en un 65% para 2030, en comparación con 2018.
La acción legal de Greenpeace, lanzada en 2021, se basa en un histórico veredicto de la Corte Constitucional alemana, pronunciado en abril del mismo año. La jurisdicción suprema alemana había considerado insuficientes los planes del gobierno para reducir las emisiones de CO2.
El gobierno de la excanciller Angela Merkel tuvo entonces que avanzar a 2045 su objetivo de neutralidad carbono, frente a 2050 inicialmente, y aumentar su objetivo de reducción de emisiones de CO2 de aquí a 2030.
Greenpeace estima que las empresas privadas tienen la misma obligación.
Los jueces del tribunal de Braunschweig emitirán su veredicto el 31 de enero.
La oenegé ambientalista Deutsche Umwelthilfe presentó demandas similares contra Mercedes Benz y BMW, y contra el grupo energético Wintershall Dea, una subsidiaria de la química BASF.
En mayo de 2021, un tribunal neerlandés ordenó al gigante petrolero Shell que redujera sus emisiones de carbono para 2030, por primera vez desde los acuerdos climáticos de París de 2015. Shell apeló la decisión.