A partir de hoy, 940.700 estudiantes regresarán a las aulas, con un presupuesto que aunque superior al del año anterior en un 11,39%, se encuentra muy por debajo de lo que por ley,el Estado debió haber aportado. Para 2014, el Ministerio de Hacienda deberá girar a educación, incluyendo las universidades, ¢1.937 billones. No obstante, el monto real que debería haber trasladado supera los ¢2.150 billones.
A criterio de los sindicatos del magisterio, esto se verá reflejado en menor recurso para infraestructura y material didáctico, lo que de nuevo pondrá en evidente desventaja las zonas más alejadas de la Gran Área Metropolitana.
Según el Informe del Estado de la Educación, ni siquiera aportando el 8% del producto interno bruto (PIB), tal y como la Constitución Política establece, se podrían resolver todos los temas pendientes que desde hace muchas generaciones se han dejado de realizar.
Entre estos se encuentra el mantenimiento adecuado a los centros educativos, capacitación a docentes y compra de recursos para dar lecciones de manera adecuada. A esto se le suma el déficit de aulas que ha obligado al Estado a tener que impartir lecciones bajo el sistema de doble jornada, lo cual limita la cantidad de horas y materias que se pueden impartir en cada centro lectivo.
MALA NOTA
En el último Informe, el rendimiento en las pruebas PISA son un ejemplo de lo que significa para el sector el no dotar de manera técnica y homogénea los recursos necesarios para que los niños estudien.
Dentro de los principales factores que han incidido en que el país se encuentre en una posición baja en estas pruebas, se une al desarrollo social del distrito donde se ubica el colegio calificado y los recursos humanos y materiales con los que cuente. Por supuesto, existen factores externos al sistema educativo que también inciden, como la edad, sexo, así como el compromiso de los padres hacia la enseñanza de sus hijos.
El análisis estadístico aplicado a los resultados de estas pruebas reveló que hay actitudes, hábitos de los jóvenes, características de su contexto inmediato, que son claves para mejorar el rendimiento académico. Dentro de estos se encuentra un serie deficiencia respecto al tema de la lectura, ya que a pesar de que los estudiantes conocen las palabras y las identifican, no van de la mano con el tema de comprender lo que se está leyendo y esto provoca serios problemas a la hora de responder correctamente las pruebas.
Para el jerarca de educación, Leonardo Garnier, el tema no es nuevo, pero es hasta el final de su gestión que se aplicará una reforma educativa para el área de lectoescritura en primaria.
DOCENCIA
Otra de las grandes deficiencias del sistema educativo es la carencia de docentes calificados para impartir algunas materias, especialmente en las zonas más alejadas de la capital. Además, la falta de laboratorios, de bibliotecas y el poco acceso a tecnologías de información afectan negativamente el rendimiento de los estudiantes.
Garnier ha reconocido que el talón de Aquiles de la educación sigue siendo la poca o nula supervisión de los planes de estudio impartidos en las universidades privadas. Esto ha hecho que muchos docentes salgan al mercado laboral sin las herramientas básicas en pedagogía, deficiencias que no pueden ser detectadas, sino hasta que llegan a los centros educativos a impartir lecciones.
En la actualidad, solamente para obtener un puesto en propiedad en dos materias se requiere contar con un certificado de estudios, se trata de inglés y francés.
Para contrarrestar esta situación, se había planteado un proyecto de ley a la Asamblea Legislativa, para que únicamente los docentes que provengan de centros educativos acreditados por el Sistema Nacional de Acreditación para la Educación Superior (Sinaes) pudieran ser elegibles para puestos en propiedad de docencia. No obstante, los Padres de la Patria lo dejaron solo como una opción, creando un nuevo bache en la calidad educativa.
Gilbert Cascante, presidente de la Asociación Nacional de Educadores (Ande), está en desacuerdo con esta posición, ya que considera que el Estado es quien se encuentra en obligación de capacitar a los docentes y no es bajo el sistema actual de cascada que se logra este objetivo. Es por ello que, identificando algunas debilidades en el sistema, asegura que ellos realizan constantes talleres entre sus afiliados para ayudarlos a ir creciendo profesionalmente.
INFRAESTRUCTURA
Silvia Víquez, viceministra de Educación en el área de infraestructura escolar, indicó que en la actualidad existen 5.191 centros educativos, que en teoría, podrían comenzar a impartir lecciones hoy. De estos, 183 serán de educación preescolar, 4.069 para primaria, 882 de secundario y 54 de educación especial.
No obstante, el tema de infraestructura sigue siendo uno de los problemas fundamentales en el sistema educativo. Para este inicio de curso, el Ministerio de Salud giró 254 órdenes sanitarias y hay 73 obras mayores pendientes de ejecución luego del terremoto de Nicoya. Esto representa un importante número de estudiantes que no podrá iniciar lecciones en un centro educativo óptimo para su aprendizaje.
Además, según indica el Informe del Estado de la Educación, la Dirección de Infraestructura y Equipamiento Educativo (DIEE) del Ministerio del Educación Pública (MEP), no cuenta con instrumentos de evaluación estandarizados para conocer el estado, calidad y necesidades en la parte de infraestructura. De manera que se no puede priorizar las obras que se realizan, lo cual hace que el mejoramiento de las obras sea como una lotería para las comunidades beneficiadas.
DESERCIÓN
Otro de los temas donde 8 años de gestión de un mismo jerarca al frente del sistema educativo nacional dejó una deuda es la problemática de la deserción.
A pesar de que se han hecho grandes avances para buscar la permanencia de los estudiantes dentro del sistema educativo, todavía quedan muchos estudiantes, principalmente en el área rural, que siguen abandonando los estudios.
El Estado de la Educación hace una análisis profundo de esta situación y deja entrever que no es solamente el hecho de que los muchachos no se sienten identificados o no les guste el sistema educativo lo cual los lleva a dejar de estudiar. Por el contrario, en la mayoría de los casos existe otras variables, la cuales por lo general no son abordadas de la manera adecuada, la que los llevan a tomar esta decisión.
Entre ellas destaca la difícil situación económica de las familias. Muchos jóvenes truncan sus estudios porque deben salir a trabajar para poder llevar el sustento a sus casas. A pesar de que existen becas para ayudarle a los adolescentes a financiarse, esto es insuficiente tomando en cuenta las necesidades reales dentro del hogar.
Otro de los factores que incide, especialmente en la zona rural, es la falta de infraestructura educativa, lo que los obliga a caminar largas distancias, lo cual en época de invierno, por lo general, los hace desistir.
Finalmente, en el caso de las mujeres, todavía existe un sentimiento machista en la sociedad costarricense, que obliga a madres jóvenes a truncar sus estudios por quedar embarazadas o deben cuidar a sus hermanos menores.
Para todos estos casos, el MEP, ni los programas de subsidios han logrado dar soluciones reales a estos jóvenes, a quienes las oportunidades de mejorar su condición social siguen siendo nulas o extremadamente escasas.
En este momento, los programas que ha desarrollado el Ministerio para mantener a los estudiantes en las aulas está más dirigido hacia estudiantes que viven en centros grandes de población y a quienes su motivación por dejar los estudios están más orientados a un tema de rendimiento académico.
Según los últimos datos, la deserción es del 10,1%, pero se trata únicamente de los estudiantes que estando dentro del sistema escolar abandonan los estudios, sin que se tome en cuenta aquellos que nunca se matricularon.