Durante la visita del presidente de la República Rodrigo Chaves a suelo panameño con motivo del traspaso de poderes pudo dialogar con su ahora homólogo José Raúl Mulino sobre el abordaje a la crisis migratoria.
Según explicó Chaves a Noticias Columbia, estos espacios son provechosos ya que se comparten ideas y soluciones con naciones con las cuales se tiene una estrecha relación bilateral, como es el caso de Panamá.
“Discutí temas que son importantísimos para nuestro país: seguridad, migración, las relaciones comerciales bilaterales. No venir no es bueno, depende del país, yo no fui a Argentina, pero con los países centroamericanos me parece muy importante estar porque es nuestro vecindario”, comentó el jerarca costarricense.
Acerca del asunto migratorio, se abordó la posibilidad que maneja el gobierno canalero de intentar cerrar el Tapón del Darién, zona selvática que separa Panamá y Colombia por donde transitaron cerca de 520.000 migrantes solo en 2023.
Anteriormente, Chaves cuestionó esta medida argumentando que a nivel operativo sería poco probable aplicar un cierre en dicha zona, sin embargo, esta vez alegó que estarían dispuestos a respetar las decisiones que tome el país vecino.
“Reconocimos ambas partes que eso es un desafío operativo muy grande, ellos tienen seis rutas establecidas en el Tapón del Darién, ¿Cómo lo van a cerrar físicamente hablando? Es un área extensa, muy selvática. ¿Cuántos efectivos policiales se van a necesitar? ¿Cuál va a ser la reacción de los que trafican gente?
Nosotros sabemos que el Cartel del Golfo está involucrado en mover cientos de miles de personas y a cada una le cobran, entonces conversamos al respecto y obviamente hay cosas que no voy a compartir, pero obviamente reconocemos que hay un desafío operativo grande. Nosotros estamos atentos, observando la situación para ver cómo respondemos de acuerdo a nuestros intereses duales”, señaló el mandatario.
IMPACTO POSITIVO
Así las cosas, DIARIO EXTRA consultó sobre el tema a Eduardo Flores, abogado experto en materia migratoria, quien vio con buenos ojos una eventual ayuda entre ambos países para crear propuestas en conjunto, especialmente en relación con una intervención en la zona del Darién.
“El impacto para Costa Rica sería muy positivo porque vamos a tener una migración controlada. No va a haber la anarquía que teníamos en tiempos pasados, nos va a traer mucha tranquilidad que las personas entren con pasaporte, que ingresen correctamente.
Vamos a tener una migración controlada desde el momento en que cierren los puntos por la selva del Darién. Aquí debemos recalcar que Panamá quiere controlar no solo sus fronteras, sino también la parte ambiental que se ha visto muy deteriorada por las trochas que se han realizado y existen actualmente”, explicó. El Darién tiene una longitud 17.014 kilómetros cuadrados y es el tercer bosque más grande de Centroamérica. La brecha es una franja de 160 km de bosque y humedales que se convirtió en los últimos años en un corredor para migrantes que desde Sudamérica buscan llegar a Estados Unidos, según las cifras oficiales, para abril de este año ya habían cruzado más de 133.000 personas.