En medicina el sufijo “-itis” significa que hay presencia de inflamación, es decir, glóbulos blancos -como los linfocitos o los neutrófilos- que están infiltrando algún tejido. Evidentemente en este caso la gastritis se definiría como la presencia de inflamación en el estómago, específicamente en su capa más superficial que recibe el nombre de mucosa gástrica.
Esta mucosa debe tener mecanismos de defensa para evitar que los ácidos que produce el estómago -principalmente el ácido clorhídrico- no “autodigieran” a este órgano, de modo que tiene -por ejemplo- una capa de moco que impide el contacto directo del ácido con los tejidos.
La acidez del contenido estomacal puede ser la misma que el ácido de batería y es bien sabido que un ácido de este tipo puede provocar quemaduras en la piel. Entonces, una causa de gastritis puede ser que los mecanismos de defensa de la mucosa fallen, como cuando alguien toma muchos medicamentos tipo indometacina o ibuprofeno (conocidos médicamente como antiinflamatorios no esteroideos, AINEs por sus siglas), los cuales afectan a esta capa de moco y el ácido comienza a “quemar” las paredes estomacales.
En términos generales las gastritis pueden clasificarse como agudas y crónicas y su diagnóstico es eminentemente mediante una gastroscopía. Cuando usted siente ardor en la boca del estómago y le dicen que eso puede ser gastritis, pues podrían tener razón, pero la forma definitiva de saberlo es mediante este examen especializado que consiste en introducir una cámara en el estómago para observar las paredes y si es necesario tomar muestras del tejido para analizar al microscopio, es decir, una biopsia.
Las gastritis agudas son causadas por ingestión de alimentos muy condimentados, alcohol, mucho café y otros irritantes, también por consumo de los mencionados AINEs y por infecciones bacterianas, la más común por una bacteria muy asociada al estómago y que muchos de los estimables lectores probablemente han escuchado, la llamada “Helicobacter pylori” que debe su primer nombre a su forma de hélice o espiral y su “apellido” a que se localizó en el píloro, la válvula que separa el estómago del intestino delgado. Esta bacteria también es capaz de producir gastritis crónica y este escenario de inflamación persistente es el que -dichosamente en una minoría de casos- puede asociarse con el desarrollo de un cáncer.
Antes de automedicarse con antiácidos ante un dolor tipo quemante en la “boca” del estómago y suponer que es una gastritis, lo mejor es acudir al especialista para que le practique una gastroscopía y por medio de las imágenes obtenidas y de la biopsia, que se haga un diagnóstico correcto y un tratamiento orientado a la causa específica de la inflamación y las molestias, según sea el caso.