El año 2020, caracterizado por la pandemia, golpeó más a la banca privada que a la pública. Así lo revela un estudio elaborado por el economista y exbanquero Gerardo Corrales.
Dijo que la forma de medir la ejecución de un ente financiero es a través de la utilidad neta operativa, antes del diferencial cambiario y el pago de impuestos.
“El primero es el resultado de una variación contable al convertir el patrimonio en dólares a la contabilidad en colones y depende de elementos fuera de control de la administración, ya sea si el colón se devalúa o se aprecia”, explicó.
De acuerdo con el análisis de Corrales, el año anterior para el acumulado de enero a noviembre en comparación al de 2019 la pandemia redujo la utilidad operativa del sistema bancario en $247 millones, es decir un 42%.
“En la banca estatal la caída fue de un 31%, $89 millones menos, mientras que en la banca privada el castigo fue mucho más severo, una caída de $157 millones para una reducción del 54%”, acotó el experto.
Por otra parte, la estimación para incobrables en el sistema bancario solo subió un 5%, muy poco para la magnitud del impacto económico de la pandemia, lo que a su criterio evidencia que la flexibilidad regulatoria para
no reclasificar clientes pospuso las pérdidas por morosidad para 2021.
En total, el sistema bancario perdió $330 millones en ingresos financieros por crédito al contraerse por la poca actividad económica y el mayor conservadurismo de la banca en las colocaciones, según Corrales.
Los depositantes en el sistema también dejaron de percibir $184 millones, que corresponden al ahorro en gastos financieros que tuvieron las entidades por reducción en tasas y menor captación.
En cuanto a los ingresos por servicios bancarios, el análisis detalla que cayeron de forma significativa al contraerse la actividad económica por la pandemia para una reducción de $143 millones.
Por su parte, los gastos administrativos suben $14 millones, explicado por un leve ahorro en los bancos del Estado de $10 millones, y en la banca privada suben a $23 millones.
Según Corrales, este dato está distorsionado por un aumento en BAC de $43 millones al trasladar gastos de otras subsidiarias en el banco, con lo cual en los demás bancos privados se registra una reducción de $20 millones.
¿QUÉ DICEN
LOS BANCOS?
DIARIO EXTRA hizo la consulta a varios bancos privados para conocer sus apreciaciones en cuanto a los números y los resultados obtenidos en 2020.
Laura Moreno Ramírez, vicepresidenta de Relaciones Corporativas de BAC Credomatic, aclaró que la operación en Costa Rica reportó una utilidad neta de ¢56.038 millones en 2019 y de ¢46.530 millones al cierre de 2020, lo que representa una disminución del 17% de un año a otro.
“Esta reducción se justifica plenamente en que el año pasado fue bastante complejo y retador para la industria financiera en general debido a la desaceleración económica producto de la pandemia ocasionada por el Covid-19, lo cual generó una menor colocación de crédito”, manifestó.
Agregó que a eso deben sumarse los esfuerzos desplegados por el banco para brindar opciones de alivio financiero a una gran cantidad de clientes.
Además de que entraron a regir nuevas disposiciones regulatorias, como la ley que impuso un tope a las tasas de interés y el reglamento que redujo las comisiones de adquirencia, acciones que, en conjunto con lo anterior, tuvieron un impacto en sus resultados a 2020.
Mientras que Franklin Wang, gerente comercial de Banco Cathay, señaló que ni en los ejercicios de riesgo más extremos se pensó en un escenario como el provocado por la pandemia.
“La oferta de bienes y servicios se ha afectado de manera importante, mientras la demanda se ha reducido en forma sustancial. Nuestro banco optó por mantener una liquidez adecuada, manejar correctamente la morosidad y dar un acompañamiento a los clientes”, expresó.
Agregó que el banco se halla estable en todos sus indicadores y eso demuestra la confianza de los inversionistas en la entidad. Sin embargo no ocultó que la desaceleración económica provocada por la pandemia generó un profundo impacto en las empresas y los empleos.
“Esto puede afectar a los bancos en el comportamiento de pago de los deudores (por la disminución de los ingresos familiares o empresariales) y una disminución en la generación de los nuevos negocios provocada por las diferentes medidas sanitarias que han generado incertidumbre, igual que el tema fiscal”, concluyó.
Por su parte, Sergio Ruiz Palza, gerente general de Prival Bank, comentó que optaron por diversificar negocios e implementaron estrategias de crecimiento bajo rentabilidad de la operación actual, a través de mejoras en el margen financiero y negocios de servicios como la negociación de divisas y ganancias sobre los portafolios.
“El aumento del tipo de cambio en 2020 generó una ganancia por valoración de la posición en moneda extranjera importante para Prival”, indicó.
Al igual que los voceros de los otros bancos, sostuvo que en 2020 la banca no podía mantenerse exenta de los impactos de la pandemia.
“Debieron fortalecer sus posiciones de liquidez para atender las necesidades de los clientes, así como apoyar a los clientes de crédito que se enfrentaron a cierres sanitarios. Realizamos un esfuerzo extra en contención del gasto”, recalcó.