En París 2024 defenderá sus dos títulos paralímpicos.
París. (AFP) – Le llaman Gabrielzinho o pequeño Gabriel, pero, pese a sus 1.21 m de altura, este talentoso brasileño es un gigante de la natación paralímpica.
Gabriel dos Santos Araújo, de 22 años, busca el triplete en París (28 de agosto-8 de setiembre), después de ganar dos medallas de oro y una de plata en los Juegos de Tokio hace tres años.
“Me llamo Gabrielzinho y voy a ganar tres medallas de oro en los Juegos Paralímpicos de París”, dijo el joven nadador, con una gran sonrisa, antes de recibir un beso en la frente de Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, en una ceremonia oficial celebrada el mes pasado en Brasilia.
Cuando no está haciendo largos en la piscina de Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais (sureste), el nadador cultiva su popularidad en Instagram, donde tiene 50.000 seguidores, pero como no tiene brazos, navega por la pantalla de su teléfono con los dedos de los pies.
También es así como el brasileño utiliza el joystick de su consola de videojuegos, sobre todo de fútbol, su otra gran pasión.
Para comer, se agacha para recoger la comida del plato con la boca y después se lava los dientes, poniéndose el cepillo eléctrico entre los dedos de los pies.
“He perdido la cuenta de los obstáculos que tengo que superar cada día, pero eso me hace más fuerte”, explica a la AFP.
“Lo que más me impresionó al principio fue su destreza fuera de la piscina, tiene una gran coordinación motriz y es muy inteligente, lo que le permite superar todos estos obstáculos a diario. Y cuando lo vi en el agua, descubrí todo su potencial, tiene mentalidad de campeón y sabe manejar la presión”, secunda Fabio Pereira Antunes, su entrenador.
NADA COMO UN DELFÍN
Gabrielzinho padece focomelia, una malformación causada por la detención del desarrollo de uno o más miembros durante el embarazo. En su caso, el brasileño tiene muñones en los hombros y las piernas atrofiadas, pero puede andar con los dos pies.
“Me enteré en el quinto mes de embarazo, obviamente, fue un shock, pero luego empecé a leer sobre el tema para estar preparada y cuidarle lo mejor posible. Queríamos que tuviera una infancia normal, así que lo llevamos a un club con piscina, a los cuatro o cinco años ya sabía nadar, aunque no tenía brazos. Creo que es un don que ha recibido de Dios”, cuenta Ineida Magda dos Santos, su madre, una profesora jubilada.
Para nadar, Gabrielzinho ondula en el agua como un delfín, con movimientos pélvicos, una técnica desarrollada durante largas sesiones de entrenamiento, seis veces por semana, de lunes a sábado.
En la piscina, pero también al aire libre, se entrena con ejercicios de musculación, sobre todo de las vértebras lumbares, los músculos abdominales y el suelo pélvico.
El nadador descubrió la competición a los 13 años, en 2015, durante un torneo escolar.
“Un profesor lo inscribió sin consultarme y ganó cinco medallas, desde entonces, no ha parado”, cuenta su madre.
Cada vez que gana una competencia hace un bailecito de celebración, una de sus señas de identidad.
Su objetivo en París es defender sus dos títulos paralímpicos “convertir en oro su medalla de plata en los 100 m espalda y bailar mucho” una nueva coreografía que prefiere mantener en secreto.