El futuro de la Corte Suprema de Justicia podría estar en manos de los 8 magistrados jóvenes que votaron en blanco el lunes, que se han hecho llamar el G8.
Este grupo compacto de la última generación de magistrados se mantuvo en bloque en contra del nombramiento de José Manuel Arroyo y Zarela Villanueva, quienes se postularon el lunes.
En las cinco votaciones votaron juntos y hasta sumaron uno más en una de las rondas. Esto hizo que ambos fueran vetados y que se postergara la votación para el lunes, mientras se negociaban nuevos candidatos.
Durante el transcurso de la semana se conoció que Orlando Aguirre y Magda Pereira habían expresado su deseo de postularse, al igual que Fernando Cruz era estimulado por muchos sectores para aceptar ser candidato.
No obstante, en este reordenamiento de fuerzas ninguno de los cinco candidatos tendría los 12 votos necesarios para ser electo en la sesión del lunes, por eso se debía buscar un mecanismo para eliminar algunos.
Ayer el G8 se reunió para acordar no apoyar a ninguno de los candidatos conocidos y en su lugar tener uno propio, que será dado a conocer el propio lunes. Así si le quitan un voto a cada uno de los cinco candidatos sumarían 13 y solo se necesitan 12 para nombrar al presidente de la Corte.
Sin embargo si no lo logran y en las cinco votaciones del lunes ninguno de los seis candidatos es nombrado, podría ser suspendida la sesión y el lunes 20 de mayo aparecería un nuevo candidato sorpresa, que ha estado reservando sus aspiraciones para el momento oportuno. Así por cansancio sería electo en esa sesión, según trascendió ayer.
Ante esta situación, entre magistrados, jueces, defensores públicos, fiscales, asistentes y demás funcionarios judiciales ha ido creciendo la ansiedad por acabar con este impasse para que la Corte regrese a la normalidad.
Desde que falleció en forma imprevista Luis Paulino Mora, el 17 de febrero, comenzaron a aparecer los novios de su puesto, pero las reglas del juego han sido cambiadas en cuatro ocasiones.
Además se sabe que podría haber estrategias de algunos para no desgastarse y esperarse a lo último para mostrar públicamente su interés en participar en la elección.