La visita de Marco Rubio, secretario de Estado de Donald Trump, estará centrada en el comercio tecnológico entre Costa Rica y Estados Unidos, con énfasis en el mercado de semiconductores.
Tras el cambio de administración, mucho se ha hablado del impacto de la política “America First” en la industria costarricense, ya que se plantea el regreso a suelo norteamericano de inversiones de empresas ubicadas fuera de ese país.
Durante el Gobierno de Joe Biden, Estados Unidos se convirtió en un socio importante en el desarrollo de semiconductores, así como en materia de ciberseguridad, posicionando a Costa Rica como punto estratégico para los intereses estadounidenses.
“La participación del secretario Rubio con altos funcionarios y líderes empresariales promoverá la cooperación regional en nuestros intereses esenciales y comunes”, informó la Embajada de EE. UU.
Según la plataforma digital de la Administración de Comercio Internacional de los Estados Unidos en 2023, los principales productos importados de Costa Rica fueron equipos médicos y quirúrgicos, dispositivos ortopédicos y prótesis, así como semiconductores o chips.
Estos bienes representaron el 54,6% del valor total de las importaciones de bienes provenientes de ese socio comercial durante ese año.
En esa línea, el Ministerio de comercio Exterior (Comex) centra esfuerzos en convertir al país en el “Silicon Valley de Latinoamérica”, apuesta que se pretende lograr gracias al apoyo de Estados Unidos.
Sobre China
Tras visitar Panamá y El Salvador, Rubio llegará a Costa Rica mañana y aunque no se discutirán temas tan puntuales como el control del Canal en el país vecino, uno de los que se espera abordar es la influencia china en el país.
Mauricio Claver-Carone, enviado especial de EE. UU. para Latinoamérica, aplaudió el distanciamiento de Rodrigo Chaves con China y señaló que “el presidente ha sido un gran aliado, que entiende muy bien el tema de la amenaza china hacia la región”.
El mayor distanciamiento se evidencia en el reglamento de 5G, que prohibió a las empresas chinas dotar de la
tecnología necesaria para desarrollar esta red, ya que su país de origen no forma parte del Acuerdo de Budapest, convenio internacional creado para proteger a la sociedad frente a los delitos informáticos.