(Washington, AFP). “Debemos garantizar la seguridad de nuestras fronteras contra el tráfico y la inmigración ilegal” porque es la “prioridad máxima”, afirmó este viernes ante el Senado Kristi Noem, elegida por Donald Trump como secretaria del Departamento de Seguridad Interior (DHS).
“El presidente Trump fue elegido con un mandato claro; necesita cumplir esa misión”, dijo sobre su política migratoria tres días antes de la investidura del republicano.
Para “liberar” Estados Unidos de lo que considera una “invasión” de migrantes, Trump promete “la mayor operación de deportación en la historia” del país en cuanto asuma el cargo el lunes.
Promete invocar la ley de Enemigos Extranjeros de 1798, sellar la frontera con México, retomar la construcción del muro fronterizo y contratar 10.000 agentes.
Intentará resucitar el programa Quédate en México, para que los migrantes esperen el desenlace del proceso migratorio del otro lado de la frontera, prohibir las ciudades santuario, que los protege de la expulsión, y suprimirles “todos los beneficios federales y de asistencia social”.
Además, quiere poner fin o limitar otras vías legales de entrada como un amparo migratorio que les otorga permiso de residencia y trabajo (Estatus de Protección Temporal, TPS) o la posibilidad de solicitar cita a través de una aplicación de teléfono móvil (CBP One) o mediante trámites en los países por los que pasan.
Para llevar a cabo su programa se ha rodeado de leales escuderos que respaldan sus ideas durante sus audiencias ante el Senado para confirmarlos en el cargo.