\”Las mujeres afectadas por el síndrome de ovarios poliquísticos tienen dos veces más riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 o una prediabetes\”, resumía en octubre la universidad de Birmingham, con la publicación de un estudio en el que participaron algunos de sus investigadores.
Este trabajo, publicado en la revista Diabetes Care, se distingue por su amplitud, ya que examina de manera retrospectiva los datos de varias decenas de miles de pacientes británicas.
El estudio confirma un vínculo ya conocido entre la diabetes, cuyo día mundial tiene lugar el domingo, y este síndrome.
¿De qué hablamos? El síndrome de ovarios poliquísticos (SOP) es uno de los trastornos más habituales entre las mujeres en edad de procrear. Afecta a cerca de un 10% de ellas, aunque las estimaciones varían.
Este problema, vinculado con una producción excesiva de hormonas masculinas, tiene como efecto sobre todo una ovulación perturbada, con ciclos irregulares y dificultades para quedar embarazada. Es una de las causas principales de infertilidad en las mujeres.
Pero el síndrome no se limita a eso. Quienes lo sufren también reaccionan poco a la insulina, la hormona que regula la concentración de azúcar en la sangre.
Esta resistencia favorece directamente la aparición de una diabetes de tipo 2, la más habitual y que surge en general después de los 40 años.
No se conocen bien aún los mecanismos que vinculan al SOP y la resistencia a la insulina. Entre las posibles hipótesis de los investigadores la más recurrente es la del exceso de peso de los pacientes, lo que tiende a favorecer esa insulino-resistencia.
El aumento de peso podría estar ligado a una mala regulación del apetito a raíz de otro problema de funcionamiento de la insulina, a menudo observado en los pacientes con SOP: una producción más elevada de lo habitual.
Pero \”incluso los pacientes con peso normal se ven afectados\” por el mayor riesgo de diabetes, afirma a la AFP el endocrinólogo Michel Pugeat.
Este especialista destaca el riesgo elevado de diabetes gestacional, es decir durante el embarazo, que se interrumpe luego del nacimiento del niño pero vuelve más probable la aparición más tarde de la diabetes de tipo 2.
– Mala prevención –
De manera más amplia, la producción de insulina y la de hormonas masculinas tienen vínculos estrechos. Esta hipótesis de investigación podría explicar las lazos entre el SOP y la diabetes, a pesar de que queda por determinar dónde se encuentran las causas y los efectos.
Entre tanto, ¿qué se puede hacer para limitar los riesgos de diabetes en las pacientes\”? El estudio de Diabetes Care brinda una pista: los investigadores establecieron que la diabetes era menos frecuente entre las pacientes que habían tomado el principal tipo de píldora contraceptiva, la estroprosgestativa.
Esta observación \”muestra por primera vez que hay quizás un tratamiento posible\” para evitar la aparición de diabetes en esas pacientes, estima unas de las investigadoras, Wiebke Arlt.
Para Pugeat, este estudio es interesante porque demuestra que la píldora no tiene el efecto inverso: aumentar el riesgo de diabetes entre las pacientes. Esto constituye un información importante, ya que las píldoras sirven a menudo para tratar otras manifestaciones del síndrome, como un fuerte acné.
Pero, para la diabetes misma, el endocrinólogo piensa que sobre todo es necesario un diagnóstico más temprano del SOP, a partir de la adolescencia.
De este modo, las pacientes pueden ser alentadas al ejercicio físico y una correcta alimentación para limitar el riesgo de diabetes.
El problema es que de manera frecuente el síndrome es descubierto de manera tardía, a menudo por dificultades para tener un hijo.
\”La prevención precoz de ese riesgo (de diabetes) no es satisfactorio actualmente\”, lamenta Pugeat.