La seguridad de las comunidades no solo depende de un esfuerzo nacional, sino también de acciones puntuales y estratégicas de los gobiernos locales. Las policías municipales representan el primer eslabón en la defensa de los cantones, convirtiéndose en una fuerza cercana y accesible, especialmente en momentos de emergencia.
A nivel local, dichos cuerpos policiales no solo están más familiarizados con el territorio y sus necesidades, sino que también pueden actuar de forma inmediata y específica. Esta cercanía es fundamental para crear ambientes seguros, y los recientes anuncios de la Municipalidad de Escazú son un ejemplo de cómo las autoridades pueden y deben actuar para cumplir con esta responsabilidad.
Este viernes, dicho municipio ha dado un paso importante con el anuncio de la construcción de una nueva delegación policial, un proyecto que apunta a reforzar la seguridad en el cantón. Además, se ha confirmado la contratación de 10 nuevos oficiales, quienes se sumarán al equipo existente para brindar una mayor cobertura y mejor atención a los ciudadanos.
Esta inversión no solo impactará positivamente en la seguridad de los escazuceños, sino que también constituye un uso eficiente y adecuado de los recursos públicos que provienen de los contribuyentes. En este sentido, cada colón invertido en seguridad tiene un impacto directo en la calidad de vida de los ciudadanos y en la percepción de tranquilidad de la comunidad.
La importancia de estas acciones trasciende el ámbito de la seguridad. Los gobiernos locales deben ser conscientes de que sus decisiones y proyectos deben reflejar las necesidades y prioridades de sus comunidades.
Los recursos que los contribuyentes aportan deben traducirse en mejoras visibles y efectivas en áreas clave: seguridad, infraestructura vial cantonal, fomento de la inversión, generación de empleo y creación de espacios de ocio y cultura. Es a través de estas acciones que las municipalidades pueden generar una diferencia tangible en la vida de sus ciudadanos.
Se debe asegurar que estos cuerpos policiales cuenten con la infraestructura y el personal necesario es un paso esencial hacia la construcción de comunidades más fuertes y cohesionadas. Un cuerpo policial municipal fortalecido puede actuar como un punto de referencia y ayuda en situaciones de crisis, así como un factor de disuasión ante posibles actos delictivos.
Además, esta presencia constante y visible en las calles promueve un ambiente de paz y orden, al tiempo que incentiva la participación y colaboración de los ciudadanos en el mantenimiento de su propia seguridad.
Escazú, al invertir en una nueva delegación y en la contratación de personal adicional, está dando un ejemplo a seguir por otros gobiernos locales en Costa Rica.
Este tipo de decisiones no solo fortalecen la seguridad, sino que también envían un mensaje claro: los gobiernos locales tienen la capacidad y la responsabilidad de proteger a sus habitantes de manera efectiva. Cuando una municipalidad destina sus recursos a proyectos que realmente impactan la vida de sus ciudadanos, se está promoviendo una cultura de confianza y cooperación entre el municipio y la comunidad.
Y la seguridad también influye directamente en el desarrollo económico. Un cantón seguro es más atractivo para las empresas y genera confianza entre los inversionistas, quienes ven en estas comunidades lugares seguros y estables donde establecer negocios y generar empleo.
Los ciudadanos también se benefician, ya que un ambiente seguro permite que los espacios públicos se mantengan activos y en buen estado. Además, los espacios de ocio y cultura también cobran vida, brindando a los habitantes la oportunidad de disfrutar de su cantón y participar activamente en su comunidad.
La seguridad de nuestros cantones no debe verse solo como una obligación del Estado central; es también una responsabilidad compartida que cada municipalidad puede y debe asumir. Al construir delegaciones policiales, mejorar el equipamiento, contratar personal capacitado y brindar un ambiente de trabajo digno para los oficiales, se construye un ambiente de respeto y protección que impacta a toda la comunidad. Invertir en seguridad es, en última instancia, invertir en el bienestar de cada ciudadano y en el futuro de nuestras comunidades.