El tradicional evento cerró con un hermoso desfile de caballistas, de autos antiguos y lindísimas volantas que se desplazaron por las principales vías del pueblo de Santiago de Puriscal. Donde la mayoría de vecinos salieron de sus viviendas para no perderse ni un solo detalle de las actividades que se llevaron a cabo en esa comunidad.
“Me gusta mucho participar en las fiestas cívicas de los barrios, por esa razón siempre luzco mi traje original, los caites, el delantal campesino; sobre el sombrero luzco un gallo y me acompaña mi inseparable compañero, mi caballo. Es una forma de llamar la atención del público que asiste al evento, en especial los niños”, comentó don Carlos Guadamuz, conocido con el alias de \”el Viejo de la montaña\”.
Algunos bailaron al ritmo de la música ranchera interpretada por el charro Sulibán, quien deleitó a los asistentes con sus canciones.
Al final, después de participar a lo grande de las fiestas puriscaleñas, las personas se marcharon fascinas a sus hogares, quienes expresaron que cerraron la actividad con broche de oro.