Más de 2 millones de costarricenses celebran este domingo 1° de mayo el Día Internacional del Trabajador, fecha en que se conmemora el aporte de quienes llevan el sustento de los hogares hasta la sociedad.
El antecedente del porqué se recuerda con respeto este día en particular indican que el mundo sufrió una tragedia enorme, de modo que se rinde homenaje a los mártires de Chicago, en Estados Unidos, quienes fueron ejecutados el 1° y el 4 de mayo de 1886, en la conocida Revuelta de Haymarket, pues participaron en una manifestación para conseguir la jornada laboral de ocho horas.
Esta desgracia para la Humanidad se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de los empleados a lo largo del mundo, tanto así que el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional en París de 1889 estableció el 1° de mayo como el Día Internacional del Trabajador.
En el caso de Costa Rica, vivimos anualmente dos grandes acontecimientos: la marcha sindical por esta efeméride y la elección del Directorio de la Asamblea Legislativa. Durante esta jornada, los obreros se desplazan hacia el Primer Poder de la República para trasladar una serie de peticiones con miras a favorecer a la clase trabajadora.
La marcha de este año llega en un momento convulso para la sociedad costarricense, porque gran parte de la población está sufriendo con el gran problema del desempleo, mal que acongoja a cientos de miles de ticos de diferentes edades.
Además, estos cuatro años de gobierno cierran con una gran molestia sindical porque los gremios consideran que, desde el Congreso, lejos de ayudarlos y fortalecerlos, se aprobaron muchos proyectos que les dieron una gran estocada, como la llamada ley antihuelgas.
No se puede tapar el sol con un dedo, existe una clara molestia sindical y no es para menos. Tanto el Gobierno como un número importante de diputados les cerraron sus puertas durante la negociación de proyectos de ley claves. Al final, es a los habitantes “de a pie” a quienes les impacta directamente cada decisión que tomen tanto el Ejecutivo como el Legislativo.
¿Cuál es el afán de hacer a los sindicatos a un lado? Si bien la voz de los expertos se torna fundamental dentro de una discusión, el aporte de los trabajadores también resulta trascendental y por tanto debe ser escuchada, más cuando el pueblo elige a sus gobernantes.
Si no se presta atención, el rumbo de Costa Rica se verá severamente empantanado. Tanto el Gobierno como los diputados no se ponen a hacer, no ven estos datos y eso afecta a la clase obrera. Además, la coyuntura se torna convulsa porque estamos ante un cambio de gobierno en el cual un amplio sector de la población tiene muchas expectativas y por otra parte existe también otro grupo bastante grande de detractores, el cual considera que las cosas seguirán como siempre. Sin embargo, por el bien de todos es importante darles la oportunidad a las nuevas autoridades, a ver cómo les va este primer año de labores.
Ahora bien, dentro del Congreso se cocinará una de las jornadas más esperadas por los diputados, en la que se comenzará a gestar hacia dónde se dirige el país durante este año con la elección de las máximas autoridades del Primer Poder de la República.
Se exige de los legisladores una discusión seria, que incluya a todos los sectores, y no solo a aquellos que les resulten convenientes para agilizar el avance de cada uno de los proyectos. Al regirse el país por una democracia, todos los ciudadanos tenemos voz y voto. Que los congresistas recuerden quién los llevó hasta donde están: el pueblo que les dio su confianza.
Que este 1° de mayo no se aproveche solo para ver cuál congresista está mejor o peor vestido, sino con el fin de conocer a conciencia cada detalle indispensable para el desarrollo del país. ¡Vivamos la fiesta cívica como corresponde!