Por cuarta vez las mujeres de la Asociación de Desarrollo Indígena (ADI) de Alto Chirripó llevaron a cabo una feria agrícola con el fin de proveer sustento a sus familias.
El Periódico de Más venta en Costa Rica las acompañó en esta iniciativa en Grano de Oro, Turrialba. En el Centro de Acopio montaron su punto de operaciones y a tempranas horas del día habían acomodado en mesas los productos que tenían para la venta.
Melanie Segura, quien participó en la feria por tercera vez, tenía para la venta chorreadas hechas en fogón de leña, chicha de maíz y pastel de maíz, entre otros productos.
“Para muchas mujeres esta feria es buena porque se logra vender. La gente viene y compra, pero hay que tener paciencia. A veces la gente viene y se lleva todo, a veces no, y hay que llevarlo paso a paso.
Yo soy mamá, tengo una niña de 6 años y le enseño que hay que sacrificarse para obtener las cosas”, manifestó.
CAMINA CINCO HORAS
Isabel Moya ve con entusiasmo este tipo de actividades porque logra hacer dinero con la venta de productos y así ayuda a su hijo de 18 años, pero también sabe lo duro que es porque debe caminar cinco horas para llegar a la feria.
Participa por cuarta vez consecutiva y al igual que ella otras mujeres hacen lo mismo.
Moya vive en Alto Pacuare y dijo que gracias a la ayuda de la ADI de Alto Chirripó pudo acceder a la feria, pues recibieron capacitación. Espera que las instituciones del Estado les ayuden a capacitarse más.
“Gracias a Dios tenemos cosas para vender. Por ejemplo, en mi comunidad vendo en la escuela productos como plátano, maíz y frijoles porque para nosotros es muy difícil salir (a Turrialba). Tenemos que pagar transporte, pasar puentes y este es mucho esfuerzo para nosotros.
Pese a que recibimos capacitación, es difícil porque somos 64 mujeres de 24 comunidades. Muchas veces no vienen porque no hay caminos, no hay puentes para cruzar, pero a pesar de todo estamos acá”, añadió.
Estrella Jiménez a sus 42 años regresó a sus orígenes. Muy joven se fue para Turrialba a buscar las oportunidades que no encontró en el territorio indígena de Alto Chirripó.
Después de procrear seis hijos, tres de los cuales ya son profesionales, decidió volver a su tierra, una finca que su padre les heredó a sus hermanas, una de las cuales le dio una parcela, donde siembra.
También llevó un curso de manualidades y ahora hace aretes, pulseras y flores con foam.
“Yo no llevé capacitaciones acá, llevé un curso de manualidades en Turrialba. Veo que esto es una manera de ganarse algo porque trabajo acá no hay. Veo a las compañeras que me han invitado y pude colocar lo mío para vender algo”, declaró.
PRESIDENTA SOLICITA CAPACITACIÓN
Natalia Obando, presidenta de la ADI de Alto Chirripó, es la gestora de este tipo de iniciativas y comentó que, pese a las dificultades, todas tienen la voluntad y las ganas de salir adelante, aunque muchas veces no encuentren las herramientas para hacerlo.
Al igual que sus compañeras espera más colaboración del Estado u otras instituciones, oenegés que puedan capacitarlas, pues cuentan con instalaciones e instrumentos para recibir charlas, pero no tienen esas personas que transmitan sus conocimientos.
“Esta iniciativa no solo busca beneficiar a las mujeres, sino también a nuestras comunidades, pues le permite al pueblo comprar comida tradicional que no enferma.
Es comida sana, orgánica, libre de contaminantes”, indicó.
Esta actividad comercial está comenzando y es difícil para estas mujeres porque muchas vienen de lejos. Lo importante es el éxito, pues entre todas se ayudan.
“Deseamos capacitación en contabilidad, administración y mercadeo porque eso nos hace falta para desarrollar los proyectos que queremos impulsar. Ahorita tenemos cuatro: el minisúper, la feria, otro con una institución de otro país que es para el liderazgo y la autoestima de las mujeres”, agregó.
Estas 64 mujeres desean ayuda, específicamente capacitación. Si usted desea colaborar con ellas, no dude en contactarse con la ADI de Alto Chirripó.