A pesar de que la falta de agua durante el fin de semana era algo anunciado, a algunos los tomó desprevenidos, sobre todo en aquellas comunidades donde el racionamiento duró 24 horas o más.
Este es el caso de Ligia Fernández. Ella recogió agua y entendió que iba a llegar en algún momento durante el domingo, lo que no supo es que sería hasta las 6 p.m. De manera que tanto ella como sus vecinos tuvieron que ingeniársela para realizar las labores domésticas sin tener agua desde el mediodía del sábado.
Por el tipo de trabajos que se realizó no se usó el sistema de camiones cisterna para suministrar agua a las comunidades, situación que molestó aún más a muchos abonados del Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA) y de la Municipalidad de Cartago.
El corte se debió a trabajos que el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) debía realizar en el Centro de Producción de Río Macho, como parte de las obras que se llevan a cabo desde octubre de 2012 en este lugar.
Se espera que en hoy la madrugada tanto San José como en la vieja Metrópoli puedan comenzar a recibir el servicio de manera normal.
En esta oportunidad el corte afectó a más de 500 mil habitantes de estas dos provincias. La modernización de esta planta terminará en 2013 con un costo de $122 millones.
Tico preparado vale por dos. Pese a que no es esa la frase original, eso pasó este fin de semana en muchos hogares de San José y Cartago, luego que el ICE y AyA anunciaran el faltante de agua por dos días en muchos puntos de estas dos provincias.
En un sondeo realizado por DIARIO EXTRA comprobamos cómo la preparación previa en muchos hogares ayudó incluso a que en algunas zonas no se fuera el agua del todo.
Al parecer muchas familias previeron el desabasto, que estaba programado desde la semana pasada, por eso adelantaron actividades que generalmente realizan durante el fin de semana, como por ejemplo lavar de ropa.
También hubo algunos que tomaron su baño en la noche antes de acostarse, previendo que al día siguiente probablemente no les alcanzaría.
Hubo quienes cocinaron previamente o compraron comida para no ensuciar más trastes de la cuenta. Por eso, según datos preliminares de AyA, se logró que algunos de los tanques de almacenamiento del Instituto no se vaciaran por completo, de manera que en algunas zonas nunca se fue el agua.