“Una extranjera quiere quitarnos nuestros árboles en Heredia”, aseveró Denisse Moya, vecina de El Tirol en San Rafael de Heredia, mientras una maquinaria talaba cipreses en la zona.
Los trabajos se iniciaron el pasado miércoles con el objetivo de cortar 15 troncos, pero, como resultado de una manifestación casi ininterrumpida de los rafaeleños, solo pudieron derribar siete.
Esta es solo una parte de los 65 gigantes de unos seis metros que serán cercenados por el gobierno local en los alrededores del residencial El Monte debido a una demanda presentada por una habitante de apellido Tkachenko, aparentemente de nacionalidad rusa.
Según los lugareños, desde que inició el proceso, la Municipalidad ha sido pasiva en la defensa de la flora y contrató a una empresa privada mediante una licitación para la deforestación.
Aunque existe una sentencia firme que permite la tala, la comunidad está indignada por la falta de acción para proteger el medioambiente.
También, dichos manifestantes aseguran que los argumentos de Tkachenko no tienen fundamento, pues la mujer alega que los cipreses ponen en riesgo la seguridad de su propiedad.
Los rafaeleños explicaron que la demandante casi ni permanece en la localidad y acostumbra a tener enfrentamientos. Sin embargo, su presunto mal carácter ahora afecta la biodiversidad.
Razones incongruentes
Moya, quien también es ecologista con énfasis en permacultura, rama para el diseño de ecosistemas, aseveró que los árboles fueron plantados, en principio, como cortavientos a ráfagas que alcanzan los 100 kilómetros por hora.
“Si se eliminan, impactarán directamente las viviendas ubicadas más abajo”, advirtió.
Esta protestante y otros vecinos hicieron varios estudios para identificar el estado de los cipreses y refutar los argumentos de la acción legal, los cuales fueron discutidos en varias ocasiones con representantes del ayuntamiento.
Según el análisis, tienen 70 años de antigüedad y pueden vivir hasta los 300. Cuentan con raíces profundas y muy estables. Mientras haya agua en el suelo y subsuelo, estas no tienen por qué salir a la superficie a buscarla, lo que refuerza su estabilidad y minimiza el riesgo de caída.
La inclinación que presentan es de entre 5% y 15%, ya que fueron plantados con la función de rompevientos. Por lo tanto, no existe un peligro latente de caída ni mucho menos.
Consideran falso que al no ser nativos haya daño ecológico, pues no todas las especies exóticas se consideran invasoras, además, como han estado plantados durante décadas, su eliminación puede generar más daño que beneficio.
A criterio de Moya, esta remoción altera la capacidad de infiltración del agua, lo que provoca pérdida de suelo fértil, además de afectar los mantos acuíferos que abastecen a la región.
Decisión responde a sentencia judicial
Según apunta el expediente 21-000019-0815-AG-O, la orden se dio tras la exigencia en 2021 de la ciudadana rusa, en la cual solicitaba a la Municipalidad de San Rafael de Heredia eliminar los 65 árboles que rodean su casa.
La institución se comprometió a quitar 10 de los 15 intencionados a más tardar en diciembre de 2021. En un segundo reconocimiento con personeros del Ministerio de Ambiente y Energía en noviembre, se marcaron otros 50.
En marzo de 2023 ambas partes solicitaron una audiencia al juzgado, que concluyó tras agendarse un nuevo reconocimiento en sitio para mayo de ese año.
Ante los hechos descritos, el Juzgado Agrario del I Circuito Judicial de Alajuela declaró la demanda parcialmente con lugar el 31 de enero del año pasado.
Diario Extra consultó a Jorge Arias, alcalde del cantón, sobre estas acciones, a lo cual respondió que, a pesar de no estar de acuerdo con la deforestación, deben acatar la orden recibida por la resolución judicial.
No obstante, enfatizó que la mayor parte del proceso se desarrolló durante la administración anterior, por lo que actualmente trabajan en un plan para plantar especies más aptas.
“No podemos sembrar cipreses nuevamente porque sus raíces dañan las viviendas y la infraestructura, pero traeremos especies nativas que ayuden a mantener el ecosistema”, adujo.
Otro punto de preocupación es que los troncos cortados no se reemplazarán, a pesar de las promesas de reforestación del alcalde anterior, Verny Valerio.
En el pasado, un lugareño plantó 150, pero la misma señora demandante los arrancó. Desesperados, los residentes buscan alternativas, como reforzar a estos gigantes en peligro o realizar podas controladas, en lugar de talas. Sin embargo, eso no es suficiente para superar el daño ambiental.
Este sábado y domingo continuarán las protestas durante todo el día y noche a manera de vigilia.

Denisse Moya
Vecina
“San Rafael solía estar lleno de árboles, pero con el tiempo se ha convertido en una jungla de concreto”.

María José Chaverri
Vecina
“Es una barbaridad que atenten contra la biodiversidad y casi patrimonio de la zona”.
Jorge Arias
Alcalde de San Rafael, Heredia
“Estamos obligados a acatar la orden judicial de tala, pero en futuras demandas buscaremos una mejor defensa”.
