AMSTERDAM (EFE) – Un gol de cabeza del serbio Branislav Ivanovic, en el minuto 93, le dio ayer al Chelsea la Liga de Europa, al derrotar por 1-2 a un Benfica que jugó mejor, pero que no tuvo acierto. Curiosamente, el Chelsea, vigente campeón de la Liga de Campeones, acumulará durante diez días los dos principales títulos europeos y su técnico Rafa Benítez, detestado durante toda la temporada por una parte de la afición \”azul\”, se despedirá con otro trofeo continental en su palmarés.
El desenlace fue el más cruel posible, porque el Benfica puso el juego y el Chelsea la puntería. Quizá, porque condicionado por las lesiones de John Terry y del belga Edin Hazard, Benítez trastocó sus planes y el equipo lisboeta lo aprovechó para dominar el juego.
No le salió demasiado bien, porque el Benfica fue el claro dominador durante todo el primer tiempo y, si no rentabilizó su presencia en el campo rival, fue porque le faltó aplomo para culminar sus numerosas llegadas al área.
No cambió casi nada tras el descanso. El Benfica siguió desperdiciando su dominio y el Chelsea dando la sensación de estar superado. Pero lo que varió fue el marcador. A la hora de juego, mientras el conjunto lisboeta se lamentaba de la enésima aproximación perdida, un remate de cabeza del \”Toto\” Salvio, Cech sacó con la mano hacia el centro del campo. Ahí, con un toque sutil, Mata envió el balón a Torres y, el \”Niño\”, con el balón controlado y en carrera es infalible; superó a Luisao y regateó al meta Artur para adelantar a su equipo.
Sin embargo, con todo a favor, no sentenció el Chelsea y el Benfica halló el empate gracias a un penal por manos del español César Azpilicueta que ejecutó Cardozo (m.68).
Se quedó sin dueño el encuentro desde ese momento. Con el título expuesto a un único acierto, fue Ivanovic el que acertó en el último minuto del descuento. Remató de cabeza en el 93, convirtió al Chelsea en campeón y llevó al desconsuelo al Benfica, \”maldito\” en finales europeas desde que ganase al Real Madrid en 1962.