Nuevamente se anuncia una estrategia para combatir el desempleo, pero lo cierto es que hasta ahora no existe un plan en conjunto con las universidades privadas para detener este flagelo.
Actualmente hay un desfase entre el crecimiento de la economía costarricense y la tasa nacional de desempleo. Ambas no vienen mejorando a la misma velocidad.
Hoy todos conocemos a algún profesional que debe dedicarse a otra actividad al no encontrar trabajo en su rama de estudios, cuya situación es realmente preocupante y lamentable.
Vemos como algunas carreras en ciencias sociales cada vez tienen menos posibilidad de colocar a personal en el mercado laboral, pero el Consejo Nacional de Educación Superior Privada (Conesup) continúa avalándolas y las casas de enseñanza siguen matriculando gente.
No desconocemos que existen buenas intenciones para hacer bien las cosas, pero ya basta de poner parches a un problema que requiere de una intervención donde participen no solo la empresa privada y el Gobierno, sino la academia a conciencia.
Si hoy la mayor demanda profesional es en ingeniería y ciencia, por qué vemos que cada año se gradúan más personas en otras áreas.
Y sí, es una realidad que hay gente que paga por cuatro años una carrera que finalmente no logra ejercer por falta de oportunidades.
Y del otro lado, hay una realidad de universidades que tratan de modernizar los currículos y ofrecer nuevas opciones, pero viven una pesadilla burocrática para que en el Conesup aprueben un plan de estudios.
Adicional a los temas de que el mercado no es capaz de absorber a todos los profesionales, los costos de estudio y el bilingüismo, ya es un hecho que prácticamente todas las carreras deberían tener al menos la posibilidad de contar con el estudio de una segunda lengua.
La Encuesta Continua de Empleo del trimestre marzo-mayo revela que la tasa de desempleo se situó en 10,1%, esto equivale a 233 mil personas desempleadas.
Otro dato importante es que la cantidad de persona con empleo es inferior a un año atrás. Hoy hay 85.504 personas menos trabajando. Muchas de ellas son mujeres.
De este comportamiento, no se tiene respuesta. Ni el Banco Central de Costa Rica ni otro ente del Estado han hecho un estudio para determinar lo que ocurre.
Entonces, cómo podemos atacar una enfermedad sin tener un diagnóstico. En caso contrario, solo estamos tirando curitas al azar.
Ahora nos anuncian la Estrategia Brete bajo la promesa de que dotará a las personas de competencias y cualificaciones para cerrar brechas entre oferta y demanda de puestos de trabajo.
Vemos que hay una importante participación del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), pero ¿y las universidades privadas? Porque el desempleo no solo golpea a una parte del país.
Como bien se sabe, hay libertad de cátedra y no se puede prohibir que se enseñe una u otra carrera, pero uno de los principales factores que entorpecen la generación de empleo es justamente que de lo que requieren las empresas privadas no es de lo que se gradúan los estudiantes.
“No desconocemos que existen buenas intenciones para hacer bien las cosas, pero ya basta de poner parches a un problema que requiere de una intervención”.