Por sus propuestas para mejorar la investigación criminal en el país, convenció a la Corte Plena para que lo eligieran el pasado 2 de diciembre como el nuevo director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) entre 17 candidatos que se postularon.
Francisco Segura ya tiene 4 meses sentado en la máxima silla de la policía judicial y vistió DIARIO EXTRA para contar cómo han sido sus primeros pasos al mando del OIJ. Además, hablar sobre cuáles van a ser sus pilares para seguir creciendo como uno de los cuerpos policiales más destacados de Latinoamérica.
¿Cómo le ha ido en los primeros meses al mando de la policía judicial?
La llegada mía fue una transición muy liviana porque ya tenía 6 años de estar en la dirección. Fue muy transparente y no hubo mayor cambio en la estructura de la policía.
Los únicos arreglos que tuvimos que hacer fue por jubilaciones y no porque quisiéramos quitar a nadie, más bien por herencia o ascensos naturales que tienen que darse.
¿Qué obstáculos se encontró cuando asumió?
Don Luis Paulino Mora (q.d.D.g.) me dijo: “Yo no le puedo decir qué hacer y qué no”. Yo en 6 años que tengo de estar en la dirección, y 32 como policía, nunca he visto que un magistrado se meta con lo que tiene que hacer el OIJ. Entonces, en sí obstáculos no hay, solo presupuestarias pero acongojan a todo el poder judicial.
¿Cuáles son los principales cambios que Francisco Segura quiere ejecutar como director?
Mal haría uno en pensar que la tecnología no va avanzar más y que los delincuentes no la usarán para sus quehaceres. Por tanto, nosotros tenemos que utilizarla para ir adelante o a la par de ellos.
Otro pilar es la academia policial, porque en 40 años lo que tiene el OIJ es una academia judicial. Si tuviéramos una como se debe estuviéramos a la altura de Colombia y Chile.
Y la otra es una reforma integral de la Ley Orgánica que tiene 40 años y que es necesaria replantearla, hay algunos borradores para que se ejecute el cambio.
¿Los principales problemas que se arrastran?
El modelo de planificación de las oficinas. En su momento llegaba el alcalde a pedir un OIJ para que hubiera presencia. Antes no había denuncias y ahora llegan 30-40 por mes, pero como se hizo sin planificación se ha tenido que reacomodar. La idea es organizar para saber en qué lugares es necesario con las estadísticas que contamos.
En este momento somos el centro de responsabilidad más grande en el Poder Judicial porque tenemos 2.700 personas, de las cuales 1.700 son policías, el resto son médicos científicos y personal administrativo.
Presupuestariamente estamos muy mal y así seguimos. Precisamente en la última reunión que tuvimos se pensaba a nivel de Poder Judicial nos quedamos con un programa presupuestario en rojo, no nos quedaría ni para combustible. Ahorita tenemos lo necesario para sobrevivir.
¿Cuál es la principal reforma que le quieren hacer a la Ley Orgánica del OIJ?
Si usted lee la Ley Orgánica, críticamente, el departamento de medicinas legales son el 60% de los artículos porque era la única institución que estaba hecha.
La idea es reformarla dándole un cuerpo más solido. Yo tengo que encargarme de las 32 oficinas regionales y en ocasiones me llaman para decirme que un carro se les varó o se estalló una llanta. ¿Será que el director de la policía se tiene que encargar de esas cosas?
La idea es hacer direcciones regionales, como lo tiene la Fuerza Pública. En ese caso, el director del OIJ tendría que reunirse con los jefes de región y ellos se encargarán de ese tipo de problemas antes mencionados.
¿Cómo avanza esta propuesta?
Ya hay parte del proyecto listo, algunos diputados lo llevaron a la corriente legislativa. Hace poco lo enviaron al Poder Judicial para consulta y ahora se está trabajando en un texto sustitutivo. Nosotros lo hicimos hace 5 años y con el paso del tiempo surgen necesidades nuevas; ahora se está trabajando en ese texto sustitutivo.
¿Qué nuevas tecnologías se están usando en investigaciones criminales?
El IBIS es un sistema nuevo, es un comparador balístico que nos regaló el Gobierno de Canadá el año pasado y que tiene un valor de $1.800 millones.
En estos días me informó el jefe de laboratorio de ciencias forense que ya encontró dos delitos con arma de fuego relacionados con la misma arma, gracias a este aparato.
Por ejemplo, yo hago cuatro disparos, se recogen los cartuchos y los llevan a San Joaquín de Flores y la máquina toma los datos para saber si hay otro delito con esa misma arma.
También contamos con el escáner tridimensional, es otro aparato tecnológico que le permite al juez poder ver la sala en tres evidencias y observar como ocurrió el homicidio o delito. Se pueden apreciar manchas de sangre, cartuchos u otra evidencia.
¿Cómo va el plan de las torres unificadas del Poder Judicial que se tiene planeado construir en Hatillo?
Sigue adelante, pero no me parece en lo absoluto porque tendríamos déficit de espacio. La idea es meter todo el personal que tenemos en una sola torre, cuando ahorita ocupamos decenas de propiedades para poder entrar. El Poder Judicial ha tenido que comprar y alquiler edificios para poder ubicar a todos los trabajadores.
Es como desvestir un santo para vestir otro, yo me opuse y me seguiré oponiendo. Pues eso está planificado para dentro de 3-4 años y para ese momento el personal va a ser todavía más grande.
¿Cómo ve el tema del narcotráfico en nuestro país?
Son palabras mayores, estamos inundados por el narcotráfico internacional. Generalmente cuando uno ve un ratón en la casa no es porque hay muchos y aquí a cada momento se agarran vendedores de droga.
El hecho que no descubran grandes bodegas de droga no significa que no existan. El problema es que va ser muy difícil eliminar, estamos en medio de los grandes productores y consumidores.
El narcotráfico difícilmente se puede derrotar, es complicado decir que vamos mano a mano, pero todavía no tenemos el país perdido.
Lamentablemente cuando se habla de Limón muchos lo relacionan con delincuencia, ¿por qué se ha perdido tanto esta provincia en el tema de seguridad?
Limón es una ciudad muy linda y vive gente muy honrada, lo que pasa es que hay unos cuantos malillos haciendo problemas.
Esa provincia está abandonado socialmente, a ningún gobierno le importa. Yo viví ahí cuando estaba chiquillo y uno va ahora y se encuentra lo mismo, no ha cambiado nada.
La cultura afrocaribeña es muy diferente al resto del país. La cercanía por mar con países como Jamaica permite que se den lo delitos que ocurren, es una situación social que afecta el auge delincuencial.
Empero, hay una situación a parte, ¿cómo es posible que el Gobierno tomara la decisión de llevar gente de Los Cuadros, La Carpio y otros barrios difíciles para llevarlos a Guápiles? Eso no es lo malo, es que no llevan fuentes de empleos, por lo que siguen ocasionando apuros.
Hubo problemas con los nuevos investigadores. ¿Cómo les ha ido con los oficiales jóvenes que ingresaron por las nuevas plazas?
Cuando se metieron las 500 plazas en el segundo gobierno de Arias, entraron una gran cantidad de hombres y mujeres muy jóvenes, ocasionó un choque generacional en la policía.
Estuvimos en una reunión del curso básico y vimos que el 85% está por debajo de los 30 años, porque han ido saliendo las viejas generaciones y las que han quedado han tenido que asimilarlo.
Sin embargo, hay muchos filtros para que no entre cualquier persona, hay pruebas psicológicas y antecedentes propios o de sus familiares. Inclusive hasta en segundo grado, eso minimiza el riesgo de muchos aspectos; no quiere decir que no haya corrupción, pero no es tan corrupta como otras entidades policiales.