El escenario económico para este año es peor al que se esperaba. El Banco Mundial (BM) prevé que la producción nacional caiga un 3,3% este año.
Este dato se desprende del informe “La economía en los tiempos del Covid-19”, donde establece que podría verse una importante recuperación para el 2021.
Sin embargo durante el 2020 existe el riesgo de que el desempleo sea aún mayor al previsto, las ventas no levanten y las familias tengan que pasar mucho más tiempo con un menor ingreso.
Como parte de su reporte, el Banco Mundial hace un llamado a proteger a las empresas y el empleo, e incluso deja abierta la puerta para que sean capitalizadas por los gobiernos.
Leiner Vargas, economista de la Universidad Nacional, manifestó que el BM nos dice que el escenario es peor a lo que se pensaba. “Moody´s estaba siendo muy optimista, el Banco Mundial tiene modelos más exactos”, declaró.
Algo que explica esta caída en la producción es el menor crecimiento en la construcción y el turismo, así como el impacto en el sector comercio.
“Va a costar mucho que la economía regrese a la normalidad. Decir que vamos a crecer un 4,5% en el 2021 yo no lo veo, quizá un 2%”, comentó.
NO DESCARTEN
CAPITALIZAR EMPRESAS
Sobre la posibilidad de que el gobierno ponga dinero en las empresas para evitar que se vayan a la bancarrota no lo ve sucediendo en Costa Rica.
“Tenemos gente demasiado conservadora en el Banco Central. Siguen pensando en un modelo de cuando la economía funcionaba normalmente, no entienden que los libros de texto no sirven cuando la economía está en shock. Las autoridades deben reaccionar ya”, sentenció.
En algunos países los gobiernos ya capitalizaron a la empresa privada. Vargas recordó los casos de Inglaterra, Alemania e Italia.
“Eso ha pasado y significa que parte de las acciones de la empresa pasan a manos del gobierno por un tiempo prudencial, cuando todo vuelve a la normalidad se devuelven conforme se pague la deuda”, explicó.
¿Y cómo lo haría una economía quebrada como la costarricense? Según el economista, mediante la emisión de dinero por parte del Banco Central, y podría haber un espacio ante las presiones deflacionarias (de menor inflación).
“Esas son medidas extraordinarias, pero no deberían asustarnos. El Banco Mundial está diciendo ‘preocúpese por salvar el empleo y las empresas’. Suena extravagante, pero es lo que toca”, agregó.
El BM plantea que una de los principales interrogantes es quién debería soportar las pérdidas y asume que desde un punto de vista económico la respuesta es sencilla: “en la medida de lo posible las pérdidas deben centralizarse en el gobierno”.
Para garantizar los empleos y apoyar a las empresas es posible que los gobiernos tengan que asumir participaciones de propiedad en empresas estratégicas importantes, según concluyen.