En su discurso oficial para conmemorar el 11 de abril, la presidenta Laura Chinchilla optó por no hacer referencia a la presencia de los manifestantes, pese a que gritos le exigían una respuesta por el proyecto de concesión de la ruta San José – San Ramón.
Sin embargo sus palabras se centraron en recordar el valiente legado de Juan Santamaría, y solicitarle a los diputados atiendan con prontitud los proyectos de reformas constitucionales.
“Para efectos de enfrentar los retos de nuestra institucionalidad democrática convocamos a una comisión de expertos, los escuchamos, nos presentaron sus recomendaciones y las enviamos como corresponde a la Asamblea Legislativa. Las propuestas se inspiran en la profundización y el fortalecimiento de nuestra democracia. No puedo celebrar de otra manera, este año la gesta patriótica de Juan Santamaría, sin volver a instar a las señoras y señores diputados a que emprendamos esta reforma”, señaló la mandataria.
Culminado el breve acto protocolario, en el que también participaron con sus discursos el alcalde de Alajuela, Roberto Thompson, el diputado Fabio Molina y el ministro de Educación, Leonardo Garnier, la mandataria se retiró del parque Juan Santamaría sin mirar al resto de alajuelenses que la observaban a lo lejos tras las vallas.
SIN HABLAR
La presidenta también se rehusaba a dar una reacción sobre las protestas a la prensa nacional, pero tras la insistencia de los periodistas, recalcó que eran muy pocos los manifestantes.
“Respeto, respeto. El pueblo de Costa Rica es un pueblo bueno y decente, vean que es un grupo muy pequeñito el que vino hoy, y me preocupa la instigación de algunos medios de comunicación que no son ustedes”, sostuvo Chinchilla.
Después ingresó al Teatro Municipal para participar del homenaje al expresidente Luis Alberto Monge, en el que la Universidad Técnica Nacional designó su nueva sede en su honor.
Sin embargo, minutos después se retiró del lugar, y de la provincia sin esperar a que arrancara el evento.
El ministro de Comunicación, Francisco Chacón, aseguró que el expresidente estaba retrasado, y la mandataria no podía esperar más.