En este país, existe la mala costumbre de crear instituciones para todo, quizá lo malo es que no dejan claro qué responsabilidades tienen y, peor aún, tampoco hay seguridad de para qué sirven.
Ejemplos existen muchos, sin embargo, en los últimos días nos enteramos de uno bastante preocupante, porque deja en manos de otros las responsabilidades que al parecer les toca atender a ellos.
Se trata de nada más y nada menos que del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) y del Sistema de Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), quienes se supone deben de ver todo lo relacionado con animales, pero resulta que ante una emergencia quienes salen en el auxilio de los ciudadanos son los efectivos del Benemérito Cuerpo de Bomberos.
Quizá muchos pensarán que para eso están, tal vez si ellos hacen el trabajo bien el dilema radica en que no se trata de una función de ellos, pero además el estar atendiendo este tipo de incidentes les quita posibilidad de afrontar a cabalidad sus verdaderas responsabilidades. Es momento de que a las instituciones encargadas del tema se les pongan los puntos sobre las íes y hagan lo que les toca. Cómo puede ser posible que un ciudadano llame para avisar que hay animales silvestres haciendo daños en algunas comunidades y prefieran poner cientos de trabas en lugar de dar soluciones.
A veces pareciera que las emergencias se atienden según el humor de quien contesta el teléfono, cómo puede ser que vecinos llamen para reportar mapaches en sitios residenciales, los cuales se encuentran haciendo daños en las infraestructuras, atemorizando adultos mayores y niños, y los encargados digan que atenderán el caso en 15 días, si encuentran espacio. ¿Qué será que los impuestos que pagamos los costarricenses y que financian muchas de estas instituciones? ¿No tienen ninguna validez o estos empleados piensan que el salario les llega por generación espontánea?
En este país todo son excusas, porque en Senasa alegan que el mapache fue declarado como animal urbano porque es más común verlo en la ciudad, sin embargo, esto no quita que sean especies silvestres y que no estén acostumbrados al contacto con los humanos. Para sobrevivir, no les importa hacer destrozos adonde lleguen, pero el punto es que se quitarán el tiro diciendo que a ellos les tocan animales como perros, gatos, cerdos, gallinas o vacas.
Pero lo más curioso es que muchas veces en las instalaciones del Periódico de Más Venta en Costa Rica se han recibido denuncias o han llamado por animalitos en riesgo que están siendo maltratados y tampoco estos son recogidos ni auxiliados por el Senasa.
El problema no es solamente que una institución se quite el tiro, radica en que todas las instituciones que tienen que ver con animales lo hacen y finalmente a los bomberos les toca correr para cumplir con las funciones de otros.
Entre los apagafuegos existe muy buena voluntad, pero a como el resto de las instituciones alegan poco personal y hasta falta de recursos, lo mismo podrían hacer ellos y nadie tendría por qué señalarlos, pues al final no es una de sus responsabilidades.
A los bomberos les toca arrollarse las mangas y atender desde enjambres de abejas, gatos en lugares donde no se pueden bajar, serpientes y hasta perros bravos o agresivos. Algunos de estos animales no son domésticos y son responsabilidad de instituciones del Estado. Esperamos que a los apagafuegos les siga alcanzando la cobija, porque si no los ciudadanos quedaremos indefensos y a la merced de los animales silvestres, a la espera de que no ocurra una desgracia ni haya vidas que lamentar, pues muchos quizá no han medido, pero existe la posibilidad de que por ir a recoger a un mapache u otro espécimen de estos se quede tan largo de otra emergencia que mueran personas en un incendio o un accidente.