Soy un hombre divorciado de 25 años. Me casé muy joven y totalmente enamorado, y me fue muy mal con el matrimonio, no había cumplido el año cuando me estaba separando. Tratamos de volver dos veces, pero no hubo forma. Desde entonces, he tenido novias, pero no disfruto el sexo, como que no me nace tener relaciones, es como comer sin ganas. Mis compañeros de trabajo dicen que estoy traumado.
– El divorcio se ha vuelto cada vez más frecuente en nuestra cultura y las separaciones de parejas que optan por la unión libre, también han venido en ascenso, al punto que se estima que más del 50% de las parejas que se casan se divorcian y muchas de ellas en los primeros dos años.
Esta frecuencia tan elevada hace pensar a muchos que las disoluciones son un simple trámite, formalidades de una relación que se acaba, un borrón y cuenta nueva, sin embargo, para algunas personas es un trago amargo, difícil de superar que algunas veces puede afectar el área sexual, emocional y psicológica.
Algunos varones pueden experimentar cierta pérdida del deseo que suele ser transitoria, y al cabo de unas semanas, casi siempre entre 6 a 12 semanas se recupera el apetito sexual, sin embargo, si el problema persiste, es importante consultar porque puede existir otra causa adyacente que sea la verdadera responsable del problema.
Recordemos que situaciones muy impactantes, larvadas y dolorosas puede provocar problemas hormonales, entre ellos el mal funcionamiento tiroideo, también algunos ante un fracaso marital, optan por el licor que puede afectar el hígado, ambas afecciones, pueden afectar el deseo sexual.