El jefe de Estado de 69 años, estuvo afectado por un virus intestinal según su entorno, y sólo había hablado por videoconferencia en los últimos cuatro días, lo que generó dudas sobre su estado de salud a dos semanas de las elecciones presidenciales del 14 de mayo.
Erdogan visitó el espectáculo aéreo Teknofest, luciendo un traje rojo de piloto, en el antiguo aeropuerto Atatürk de Estambul, un evento que Turquía presenta como \”el más grande del mundo\” y que permite a la industria militar turca exhibir sus drones y aviones.
El jefe de Estado mostró un aire combativo, aunque todavía lucía pálido.
Retomó el tono voluntariamente polémico que le es habitual y lanzó ataques contra sus opositores, sin mencionar explícitamente su estado de salud.
\”Con las declaraciones escandalosas que han hecho en los últimos días, dejan en evidencia su odio y sus rencores\”, dijo frente a la multitud, antes de posar en medio de mujeres y niños que lo acompañaban en el escenario.
\”Pero poco importa lo que intenten hacer, no lograrán nada\”, continuó, acusando a los miembros de la oposición de ser \”agentes\” de Occidente, decididos a socavar Turquía.
Erdogan estuvo acompañado del presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y del primer ministro de Libia, Abdel Hamid Dbeibah, dos países a los que Turquía proporciona drones de combate.
Decidido a retomar el curso de su campaña y a poner fin a los rumores, el jefe de Estado tiene previsto realizar un mitin en Esmirna, en la costa oeste, según su programa.
También se le espera en Ankara, la capital, el domingo, dos semanas antes de la primera ronda de votaciones.
Tuvo que reorganizar su agenda desde la noche del martes y cancelar todos los viajes que tenía previstos, incluso el de la esperada inauguración, el jueves, de la primera central nuclear de Turquía, para la que incluso contaba con la asistencia del presidente ruso Vladmir Putin.
Finalmente participó en ella por videoconferencia, aunque con semblante pálido y aspecto demacrado, sentado detrás de un escritorio