Las estadísticas son claras. Desde años anteriores Costa Rica atraviesa la peor ola de violencia en su historia. De enero a la fecha se reportan 700 homicidios, 44 más de los que se reportaron en 2022 y aún faltan dos meses y medio para terminar el año.
De acuerdo con los expertos, 17 de cada 100.000 habitantes mueren asesinados.
Las provincias que lideran estos crímenes son San José con 172, Limón con 169 y Puntarenas con 113. Les siguen Alajuela con 79, Guanacaste con 74, Cartago con 54 y Heredia con 39.
DIARIO EXTRA conversó con Randall Zúñiga, director del Organismo de investigación judicial (OIJ), por la situación de violencia que tiñe de sangre las calles costarricenses.
“El distrito de Limón equivale al 0,1% del territorio nacional, sin embargo, allí se comete el 10& de los homicidios del país”, explicó.
Agrega que los barrios más conflictivos de la provincia limonense son Liverpool, Limoncito y el centro del cantón.
Según el director del OIJ, se cometen más homicidios después de las 6 p.m., pero la realidad habla por sí sola y llegamos a un punto donde los asesinatos se cometen a plena luz del día.
“En San José básicamente el sector del sur, todo el corredor de los Hatillos hacia Desamparados, Pavas hacia el norte, León XIII y Tibás hacia el corredor de Goicoechea”, agregó.
Laureen Gordon, criminóloga y experta en seguridad, afirma que Limón y Puntarenas son las provincias donde se registra el mayor tráfico de armas y drogas.
“El tránsito de la droga de países productores como Colombia hacia países consumidores como Estados Unidos y Europa, la importancia que tienen es controlar las rutas para llevar a cabo el tránsito del mismo producto de la mejor forma”, señaló.
“Aquí hay una gran cantidad de droga en la zona, la oferta y la demanda.
Hay una gran cantidad de personas interesadas en el producto, ahora San José la importancia que tiene es por puntos de venta y el crimen organizado quiere conseguir la mejor esquina”, añadió.
ZONAS CALIENTES
Este es un ejemplo de la situación del país, pero ¿cuáles son los cantones que ocupan los primeros lugares en homicidios?
Respecto a Heredia, esta provincia ocupa la última posición. El director del OIJ destaca que la operación “3, 2, 1”, destinada a combatir el narcomenudeo, es todo un éxito.
“Ellos han logrado trabajar con casos del narcomenudeo y eso ha mantenido al margen a los grupos criminales de narcomenudeo que se alimentan de la caja chica que se alimentan los búnkeres”, señaló.
En el caso de Limón, Zúñiga indica que las disputas surgen por acaparar el territorio de la ruta de exportación a países como México, Estados Unidos y Europa.
“En la parte de la periferia del país, que comprende lugares como Guápiles, Sarapiquí, Zona Norte, las playas de Guanacaste, damos la vuelta hacia Puntarenas, etcétera, ahí lo que se está dando es un enfrentamiento entre grupos limonenses que han buscado una expansión de sus territorios hacia otros lugares y luchan contra la criminalidad local”, explicó.
El director del OIJ afirma que niños de 9 a 10 años están cometiendo delitos menores, de 13 a 14 años comienzan a involucrase en delitos más graves, pero que algunos toman el camino del sicariato a tan temprana edad.
“Los memores que cometen delitos con la consecuencia de muchos años de inacción y falta de oportunidades; ellos no son el problema directamente, ellos son la consecuencia de la falta de acciones que les permitan a los jóvenes tener un mejor futuro”, manifestó.
NO HAY PLATA PARA
ENFRENTAR DELINCUENCIA
En días anteriores el Poder Ejecutivo le quitó el impuesto al valor agregado (IVA) al OIJ y con esto podría obtener más recursos para combatir el crimen organizado.
De acuerdo con Zúñiga, el OIJ enfrenta un déficit de 900 agentes y en la Fuerza Pública faltan aproximadamente 600 patrullas.
BANDAS CON ARMAS
PESADAS
En los últimos días el OIJ y la Fuerza Pública por medio de operativos y allanamientos decomisaron armas pesadas. ¿Qué quiere decir esto?
“Básicamente están utilizando armas de largo alcance. Hemos desarticulado al menos en 2019 más de 100 bandas”, indicó el director del OIJ.
Bryan Sandí, experto en seguridad y criminalista, sobre el uso de armas de largo alcance asegura que se convierten en un problema para la policía.
“Tenemos ingreso de armamento pesado de Colombia hacia Panamá y Costa Rica y por otro lado tenemos una gran cantidad de armas de guerra que vienen de Estados Unidos ilegalmente como pago por la droga que pasa de México a Estados Unidos”, explicó.
“Que la Fuerza Pública debe equiparse con drones térmicos y también debe equiparse con armamento especializado como rifles especiales, que es lo que usan los policías de primer mundo”, añadió.
Según datos del OIJ, el 81% de homicidios se cometen con arma de fuego, de las que la más utilizada es la pistola calibre 9 milímetros.
También se utiliza otro tipo de armamento como fusiles AR-15, calibre 5,56, que es de uso militar y los emplean los carteles mexicanos, armas de guerra como M16 y lanzagranadas.
700 HOMICIDIOS
PREOCUPAN
Michael Soto, director interino del OIJ, habló sobre la preocupación que reina en el país por tantos homicidios.
“Estamos preocupados y ocupados haciendo un trabajo extenuante y detallado, revisando cada uno de los homicidios, para tratar de buscar estrategias, para buscar vínculos”, declaró.
Agrega que a este ritmo para fin de año se llegará al menos a 900 homicidios, una tasa cercana a 18 por cada 100.000 habitantes. Asegura que no van a desmayar y seguirán trabajando.
También cambió la forma de los ajustes de cuentas. Ahora los asesinatos son más violentos porque a las víctimas les propinan más de 30 balazos, como el caso del hombre asesinado en la vía pública a plena luz del día en Llanos de Santa Lucía, Paraíso de Cartago.
Así como decapitaciones, torturas y calcinaciones, Soto dijo que la estrategia en este momento es que la Fuerza Pública, policías municipales y demás cuerpos policiales trabajen en conjunto en pro de la seguridad nacional.
La causa número uno de homicidios, según el OIJ, es el ajuste de cuentas y el 68% corresponde al sicariato, que este año se ha cobrado la vida de al menos 26 víctimas colaterales.