El taxista informal Víctor Manuel Porras Castillo, de 73 años, fue encontrado sin vida en Monte del Mago, Carrillos Bajos de Alajuela, de donde era vecino.
Una llamada al Sistema de Emergencias 9-1-1 por parte de una vecina informaba que un hombre estaba quemando algo en un cafetal junto a calle La Cruz.
Inmediatamente oficiales en una radiopatrulla de la Policía Administrativa encontraron el Toyota Echo matrícula BNL761 estacionado a la orilla de la calle.
Sin embargo, en ese momento de un cafetal cercano salía humo, por lo que los policías usaron un extintor para apagar el cuerpo de Porras, a quien le prendieron fuego.
VECINA VIO AL SOSPECHOSO
Ronald Porras, hijo del difunto, relató que a las 5:40 a.m. llegó al lugar porque lo llamaron para informarle que algo le había pasado a su papá.
“No sé ni cómo sentirme, estoy en shock. Llegué a las 5:40 a.m. y estuve con los policías y los cruzrojistas. Ellos lo apagaron.
Al parecer una señora vio al tipo que estaba detrás del carro y salió corriendo, ella le dijo eso a la policía”, manifestó.
El sospechoso fue divisado por la vecina, quien según esta usaba vestimenta negra y al verse sorprendido corrió hacia la vía principal.
Algunos lugareños informaron que probablemente quedó registrado en las cámaras de vigilancia, pero nadie se cercioró. Los agentes judiciales se encargaron de esa gestión.
Incluso en la entrada del cafetal donde dejaron a Porras encontraron una quema.
SE LEVANTÓ MUY TEMPRANO
Otro hijo de la víctima explicó que su papá se levantó muy temprano y él no lo escuchó, pero le dijeron que salió a hacerle un servicio a un chofer de bus y seguro después le salió el viaje en el cual lo ultimaron.
Se sospecha que el móvil del crimen sería el asalto, ya que en apariencia le faltaban algunas pertenencias, entre ellas el celular y la billetera.
Algunos amigos del taxista informal que compartían con él no salían del asombro.
El Organismo de Investigación Judicial informó que Porras no solo fue calcinado por su verdugo, sino que también recibió una puñalada en el rostro, lo que probablemente le causó la muerte en primera instancia.
ERA MUY QUERIDO
Lo cierto es que toda la comunidad de Carrillos Bajos lo conocía por su don de gentes y su afán de ayudar al prójimo. Tampoco se explican cuál desalmado tuvo la sangre fría de acabar con su vida.
“Imagínese que él siempre les ayudaba a todos. Él era pirata, usted le decía ‘lléveme a tal lado’ y si no tenía plata le decía que le pagara después”, narró María Molina.
“A él lo conocía desde hace 30 años, no tenía enemigos y era muy servicial. Si él tenía que hacerle un viaje gratis a cualquiera se lo hacía. Si no tenía plata y tenía que hacérselo fiado, se lo hacía fiado”, comentó Mario Brenes.
De momento el caso se mantiene bajo investigación judicial.