La Semana Santa conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Es el periodo más importante del año litúrgico para la Iglesia católica.
DIARIO EXTRA conversó con Víctor Hugo Sánchez Quesada, sacerdote de la Parroquia Nuestra Señora de El Carmen en Mata de Plátano, Goicoechea, quien nos compartió su reflexión sobre cómo se deben vivir estos días de reflexión.
A continuación, un extracto de la entrevista.
¿Por qué se dice que la Semana Santa es el periodo más importante del año litúrgico?
-La Semana Santa para nosotros es un verdadero regocijo, principalmente en este año 2022 que nuevamente sentimos una gran alegría de que las puertas se nos vuelvan a abrir porque ha habido mucho desgano por parte de la feligresía. No diría que desgano, tal vez como conformismo, me conformé a ver en el campo virtual y por eso ya no voy a misa porque la puedo ver por televisión. En cambio, ya con las puertas abiertas a Dios gracias podemos decir que vamos a tener la gran oportunidad de vivirlo más de pleno, más lleno. No es que sea la semana más importante, cada día lo es, porque en el dolor somos muy parecidos a Cristo y somos capaces de amarlo con mayor intensidad. Él nos acompaña en los sufrimientos diarios y en esta Semana Santa esperamos que muchas personas se regocijen al estar compartiendo con sus hermanos.
Después de dos años vuelven las procesiones. ¿Qué significa retornar a estas actividades?
-Ha sido una bendición de Dios que nos hayan dado la oportunidad de poder abrir muchos templos de par en par con un aforo total y también de dar la oportunidad a las personas de que se acerquen con toda la tranquilidad del caso, sin ningún nerviosismo por la enfermedad del Covid, porque ciertamente ahí estarán presentes, pero que eso no sea motivo para que ellos dejen de asistir a las actividades religiosas.
¿Cuánto impacto hubo en lo económico y en lo espiritual al no poder celebrar esos eventos?
-La parte económica nos ha afectado mucho a la Iglesia católica. Algunos sacerdotes se han valido del Sinpe, otros de rifas o donaciones, pero económicamente nos golpeó. En esta parroquia se pagan ¢2,5 millones al mes y a veces no tenemos ni para dónde coger para pagar. Sin embargo, al haber la oportunidad de que la gente se acerque ese problema económico lo vamos a superar poco a poco porque la gente tiene un gran corazón y una gran bondad para cooperar.
¿Es la Semana Mayor el periodo en que se vislumbran las verdaderas necesidades de las personas?
-Quizá por el sentimiento religioso las personas tienden a acercarse más a sus hermanos. Hay un capítulo del profeta Isaías donde se nos dice que el verdadero ayuno es darle pan al hambriento, vestido al que no tiene, visitar enfermos, apoyar a las viudas y a los huérfanos; es decir, vivir un verdadero amor. Esa es la Semana Santa, no es tanto la parte litúrgica para mí, no es tanto el rezar un vía crucis, rosarios y procesiones, sino el acercamiento a los hermanos, ayudar al que no tiene, eso es lo primordial en los seres humanos. No quedarnos con los brazos abiertos cuando vemos a alguien sufriendo. La oración es muy importante, pero sin descuidar la posibilidad de ayudar a los que no tienen en el aspecto material también.
¿De qué le sirve al católico participar en las actividades religiosas cuando en la realidad minimiza al prójimo necesitado?
-La verdad es que de nada serviría estarse golpeando el pecho si después vamos a hacer daño en las calles. Uno tiene que ser luz en la iglesia y luz en la calle. Entonces por ese motivo estamos de acuerdo en que las personas se acerquen a la iglesia y en buena hora que participen de las actividades religiosas, pero si no hay amor en su interior y en su corazón no hay perdón ni entrega a los demás, mejor que se queden en su casa porque más bien sería un antitestimonio que vengamos a proyectaros como si fuéramos santos y afuera estamos haciendo totalmente lo contrario.
¿Por qué se incrementan las confesiones en la Semana Santa?
-Se lo había comunicado a la gente todos estos días y les he dicho bien claro que no es solamente la Semana Santa para confesarse. Lamentablemente los sacerdotes tal vez no hemos tenido una explicación clara para decirles a los feligreses que en realidad las cosas no son como se presentan. Hay un mandamiento que dice que por lo menos confesarse y comulgar por Pascua Florida. Entonces todos creen que nada más es Semana Santa y no.
¿Qué reflexión se puede hacer al respecto?
-La confesión debe ser de todos los días y el reconocimiento de nuestras debilidades humanas. No hace falta que sea solo en este tiempo de Semana Santa, sino en octubre o diciembre. Lo importante es que las personas se den cuenta de que cuando buscamos al Señor, se le busca en cualquier momento porque se corre peligro. A veces en este tiempo los sacerdotes estamos muy tensos por las situaciones que vivimos, entonces muchos feligreses acuden al sacerdote a reconciliarse con Dios y lo que se topan es un sacerdote malhumorado que no los escucha, que les dice “sí, sí, pero apúrese”. Entonces la gente en lugar de encontrar un soporte espiritual se va disgustada y entristecida.
Antes de la Semana Grande hay un periodo de reflexión que es la Cuaresma. ¿Qué significa?
-La Cuaresma toma un proceso de acercamiento a Dios. Son 40 días que se celebran antes de la Semana Santa y entonces en esos 40 días hemos reflexionado durante cinco domingos en qué consiste este acercamiento. Hablábamos nosotros que es como una especie de peldaño o escalera. El primer domingo de Cuaresma miramos las tentaciones del demonio, sí, el demonio tentó a Jesús allá donde estaba retirado en el desierto. El segundo domingo fue la transfiguración y ahí es donde vemos todo el proceso donde Jesús se les abre seriamente a los apóstoles para que sepan que no todo es una gloria, sino que hay sufrimiento. El tercer domingo es el reconocimiento de mis pecados y ver cómo puedo acercarme a Dios. El cuarto fue un reconocimiento general a nivel de la Iglesia, una Iglesia que es santa y a la vez pecadora. El último fue analizar las actitudes de Jesús para ver qué es lo que desea de nosotros.
¿Qué se conmemora el Domingo de Ramos y con la procesión del Señor del Triunfo?
-Hoy encontraba una reflexión muy linda que dice que Jesús necesita de un burrito y este burrito somos cada uno de nosotros, disculpen la comparación, ya casi cumple la profecía, dice. Este animalito estaba tranquilo en su casa cuando de pronto dos desconocidos llegan y se lo llevan. Lo tratan muy bien y el burro debe sentirse muy contento y útil, pero el burro ni siquiera se da cuenta de lo que está haciendo. Nosotros somos como ese burrito, si nos damos cuenta que estamos transportando al Mesías sería una maravilla, pero como no lo sabemos, por eso a veces le fallamos al Señor. Tenemos que ser como ese burrito que preste ese servicio a la humanidad, ser capaces de cargar al Maestro sobre nuestros lomos.
¿Qué significa el Triduo Pascual? ¿Qué trascendental es para la Semana Santa?
-Todos sabemos que el Jueves Santo celebramos tres acontecimientos muy importantes. ¿Cuáles? El más grande de todos: la eucaristía que es el centro de nuestra vida. Ese mismo día festejamos el mandamiento del amor, que lo vemos especialmente simbolizado en el gesto del lavatorio de los pies y muy importante también el tercer acontecimiento que es la institución del sacerdocio; es decir, hombres de carne y hueso que son revestidos de la dignidad de Cristo, no por méritos propios, sino porque Jesús así lo quiso. En la eucaristía Jesús se hace presente bajo dos especies, el pan y el vino, un misterio de fe. Nuestro cuerpo es como una diálisis espiritual donde nuestro pecado es expulsado y aumentamos la gracia y el perdón, y nos unimos a la Iglesia.
Algunos católicos indican que en la Semana Santa debería reflexionarse acerca del amor, más allá del 14 de febrero. ¿Usted lo visualiza de esa forma?
-Estamos totalmente de acuerdo. Se dice que es el día del mandamiento del amor porque sustituye la eucaristía, pero para mí creo que también el Viernes Santo profundamente porque vemos a un hombre que fue capaz de entregar su alma, vida y dignidad en salvación del mundo entero. Nadie sería capaz de entregarse tan de lleno como se entregó Jesús porque era el Hijo de Dios y pudo haberlo evitado, pero lo quiso hacer por amor. El Viernes Santo, aunque es un día de dolor, también es el día del amor.
¿Qué simboliza la cruz para el catolicismo?
-La cruz es algo como si fuera el emblema de nosotros los católicos. Todos cargamos una cruz, desde un niño hasta un anciano, lo que pasa es que algunas personas llevan una cruz más pesada que otros. Algunos sufren en la cruz de la enfermedad, el estar postrados en una cama; otros con la cruz de la parte económica donde les ha ido mal y han perdido su casa, sus empresas, su trabajo. Otros llevan la cruz del dolor cuando ven sufriendo a sus hermanos. Ese es el emblema que tenemos los católicos.
¿Y el cirio pascual?
-Más que todo es la luz que ilumina el mundo. Esa es la candela grande que nosotros bendecimos el Sábado Santo y decimos que ese es el alfa y omega, el principio y el fin.
¿Qué conmemoramos una vez que finaliza la Semana Mayor?
-A veces la gente cree que todo termina con el Sábado Santo y ya, entonces el Sábado Santo se abren cantinas, se da libertad del caso, hay fiestas y eso no es correcto porque el Sábado Santo para mí es el día más grande de todos los que estamos celebrando. La Vigilia Pascual para mí es la celebración más importante que tenemos en todo el año. El domingo celebramos la Resurrección para celebrar la Pascua del Señor que es el paso, la vida que nos da Dios.
¿Se prohíbe comer carne los Jueves y Viernes santos?
-Según Isaías, el ayuno no consiste en comer o no comer carne. La carne era considerada poco pecaminosa y además en nuestra niñez la carne era muy barata, ahora más bien comerse un pedazo de carne es un privilegio porque está carísima. Entonces no consiste en comer o no carne de un animal, sino hasta donde sea posible tratar de no comer la carne humana, que es la que nos hace tanto daño. No hacemos nada si nos abstenemos de comer un viernes y le estamos haciendo daño al hermano, mejor cómase toda la carne que usted pueda, pero no haga daño al que está a su lado.
Muchas personas aprovechan la Semana Santa para irse a vacacionar. ¿Qué piensa sobre eso?
-Para muchos lamentablemente es tiempo de vacaciones, pero no son vacaciones, sino un acercamiento a Dios y a los hermanos. Creo que ciertamente eso lo veo positivo, el que una persona saque su rato para pasear con su familia, ir a la playa o a una montaña en esta Semana Santa. No le veo gran peligro ni motivo de escándalo ni de pecado, para mí es algo muy normal. Cada cual encuentra a Dios no en el ambiente foráneo, sino en su interior.