En este país, hacen y hacen carreteras nuevas, pero ni siquiera les dan mantenimiento a las que ya tenemos, ni mucho menos a los puentes. Solo sale el reporte de todo lo deteriorado, pero hasta ahí, y pague, porque hicieron las revisiones y estudios para volverlos a engavetar.
Si vemos bien, en las calles existen líneas que muchas veces son ignoradas y en otras ocasiones ya las motocicletas las han hecho su vía de paso, y eso incluye a miembros de los mismos policías de la Fuerza Publica y Tránsito, que andan con la mayor normalidad por la demarcación, sin importar que no forma parte de la carretera. Dónde habrán llevado el curso vial, porque eso no se ve en el manual de manejo.
Otra situación que ocurre con muchos conductores de motocicletas es que siempre quieren pasar primero en los semáforos y luego se les ve con el celular en la mano y la señal en verde, sin circular porque se pegaron al teléfono o porque la moto no es tan rápida como un carro, pero nadie les puede quitar el campo de enfrente.
Asimismo, tenemos muchas personas muy mayores o cuyos reflejos se han visto disminuidos, de modo que manejan a 20 kilómetros por hora en carreteras de 40 km/h. También contamos en nuestras autopistas con conductores que transitan por el carril rápido a 40 km/h cuando por dicha parte de la vía se maneja a 80 km/h. Entonces empieza la imprudencia, porque cualquiera se cansa de ver un tráiler en el carril rápido, un autobús o un carro de carga en el del medio y en el último, que es de buses, alguna moto o al final los autos manejando en el carril de bus para poder rayar a los que van en el carril rápido a 40 km/h.
Hay parte de tránsito para el que corre, pero nunca vemos a los oficiales parando a un carro que no lleve la velocidad adecuada según el carril por el que circula. Vemos presas enormes en carreteras como la de San Ramón a Puntarenas, con tráileres y camiones de carga en las vías, pero no los para la autoridad para que den paso por un rato a quienes vienen horas detrás y por eso se dan muchas veces los falsos adelantamientos y hasta ocurren muertes en carretera.
¿Pero es que aquí la ley no es igual para todos? Los buses contaminan el ambiente y no los paran porque son amigos del oficial de tránsito, pero a un pobre camioncito que transporta vegetales o frutas al mayoreo sí lo detienen y hasta va multa, si no es que le quitan las placas. ¿Cuál es la diferencia, señores del Tránsito?
Las rotondas se convierten en un escenario de todos contra todos, los principios de cómo entrar a la rotonda se olvidaron, porque la gente en el último carril usa la primera salida, con lo cual paran y alteran al resto de los conductores.
También en las calles josefinas y en muchas cabeceras de provincia puede observarse camiones de reparto mal parqueados, pero a esos no les hacen partes. Por ejemplo, en las calles josefinas hay aún rótulos que dicen que la mercadería debe de bajarse de 10 p.m. a 5 a.m. y eso no lo hace nadie, solo los camioncitos de los mercados, pero a los de la cervecería o Coca Cola se les ve aparcados en línea amarilla o en doble carril. Pasan los oficiales y ni un parte.
Otro caso del desorden vial es la salida de la ruta 32 por el Estadio de Saprisa: doble fila para colarse y salir de primero brincándose a todos los que sí están esperando a pasar como se debe. Igual sucede en la General Cañas, cuando a las 4 p.m. se arma el parqueo por la salida a La Uruca. Eso se produce por lo mismo, traban los dos carriles porque debe de salir primero el que va en el carril rápido, sin importar que está infringiendo la ley: si usted va a salir, es por el carril derecho y toca esperar a que sea su turno. “Ah, pero no, hay que colarse, algún tonto me da campo o se duerme y me cuelo”. Lastimosamente, esa es la mentalidad del conductor tico. Cero en educación vial, que incluso debería enseñarse desde la escuela, en las clases de cívica, para que los niños aprendan a usar zonas y puentes peatonales, ya que muchas veces vemos accidentes de tránsito porque las personas piensan que toca tirarse en cualquier lado de la carretera y terminan atropelladas o muertas.
Definitivamente, lo que falta en el país es que el Tránsito ejerza su ley en las calles siempre, no solo en Semana Santa y en diciembre. Conduzcamos apegados a la ley, así las presas se disminuyen, con solo manejar adecuadamente. No faltan calles, sino buenos conductores.