No hay una falla larga y ancha en la región que lo permita, según Marino Protti
En Centroamérica no podría ocurrir un megaterremoto, es decir, un evento con magnitud mayor a 9, de acuerdo con Marino Protti, investigador del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori).
El 5 de enero de este año sucedió un sismo de 6.3 que sacudió a El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, cuyo epicentro fue registrado frente a las costas salvadoreñas de La Paz.
Por esta razón, Diario Extra conversó con el experto del Ovsicori para determinar la posibilidad de que pase un megaterremoto, sin embargo, señaló que lo máximo a esperar sería en una situación “catastrófica” un temblor de magnitud 8.
“Un sismo de 7.5 se podría sentir en toda la región, pero eso depende de una situación de magnitud y distancia. El segmento que podría tener el potencial es frente a Guatemala, que en un escenario catastrófico de una falla de 400 kilómetros podría generar algo cercano a 8”, explicó.
No obstante, descartó que un evento así pueda romper toda la zona de subducción desde esa nación hasta Costa Rica, porque la falla tendría como máximo un ancho de 70 kilómetros.
Para el experto, los ciclos o periodos de retorno para que suceda en ese país superan los 100 años, a diferencia de Costa Rica que rondan entre los 30 y 40.
“Los megaterremotos requieren de una falla muy larga y ancha, cosa que no tenemos en Centroamérica y el único segmento posible para uno de 8 en la región es frente a las costas de Guatemala”, añadió.
En caso de que acontezca, tardaría en desplazarse hasta territorio nacional unos 100 segundos, o sea, poco más de un minuto y medio.
Protti dijo que a inicios de 1900 se dio un suceso de este tipo frente a las costas de Guatemala cercano a 8 y desde esa fecha no ha pasado uno similar.
Para que esto ocurra nuevamente tendría que darse el tiempo suficiente para que la falla sísmica se cargue y dependerá de cada característica local de los países para que se “dispare”.
“Nosotros conocemos que en la Zona Sur hay un parche de la zona de subducción que rompe cada 40 años y lleva 41 desde la última ruptura, pero no podemos predecir cuándo va a suceder. Las condiciones están dadas”, manifestó.
Por otra parte, apunta que vienen realizando trabajos de anticipación de estos eventos sísmicos, como el uso de geolocalizadores GPS, igual que en 2012 con el terremoto de Santa Cruz y lo que están haciendo en la Zona Sur.
En la región trabajan de forma diferente, con sistemas de alerta temprana, en Nicaragua, El Salvador y Guatemala, además, se comparten datos de estaciones sismológicas en tiempo real.
Sobre la situación nacional de los eventos telúricos de 2024, Protti indicó que se dio un comportamiento normal y no hubo nada extraordinario que destacar, ya que el promedio anual y mensual de los sismos fue igual a años anteriores.