El presidente de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Álvaro Ramos, dice que el país debería estar más preocupado por la sostenibilidad del sistema de salud que por el de pensiones.
Esto debido a que la falta de recursos hace que sea difícil tener certeza de la continuidad de obras e incluso están planteando a cuáles dar prioridad y cuáles dejar para después.
La situación pasa porque un 15% del aporte de las personas vaya a las pensiones y solo un 7,5% a salud. “Hay un reto y es saber cómo se va a financiar, vamos a tener que movernos muchísimo y enfocarnos en el costo-beneficio”, dijo.
Aseguró estar nervioso por las obras hospitalarias pendientes. La pregunta que lanzó a los presentes en el Congreso de la Cámara de Industrias es a cuál debe dársele prioridad.
El jerarca puso a elegir entre una torre médica para niños, el mejoramiento de los servicios geriátricos para una población que está envejeciendo, el nuevo hospital de Cartago y el de Limón, que es el más riesgoso de Latinoamérica.
“¿Será que porque Cartaguito es campeón ya no necesita hospital?”, comentó a manera de broma. “Qué complicado, son brechas reales, yo prefiero no darle un hospital a Cartago, que ya tiene uno, cayéndose, pero lo tiene, pero a cambio que me den 400 Ebais. Vean qué difícil tomar decisiones”, acotó.
La única forma de cambiar esta trayectoria es que haya una mayor disposición de la población para financiar más salud. “En Costa Rica hicimos una apuesta rara, no solo el seguro de salud y de pensiones están en las planillas, también metimos otro montón de cosas de impuestos, como el IMAS (Instituto Mixto de Ayuda Social), el Instituto Nacional de Aprendizaje y el Banco Popular. Eso es una anomalía y lo dice hasta la OCDE: ‘Muevan eso’”, replicó.
O PAGAMOS MÁS O SE RENUNCIA AL SERVICIO
Desde su perspectiva se busca un equilibrio perverso donde hay que sentarse todos como sociedad y preguntar “¿Para dónde vamos o vamos a resignarnos a que no hay más dinero?”.
“Hay obras que se asignan según sean las prioridades políticas, pero no podemos engañarnos a nosotros mismos y decir que la plata alcanza para todo.
Se habla de un bono de pensiones que se agotó hace décadas, pero el de salud también se agotó, y en especial porque se permitió financiar tantos servicios de salud sin ser disciplinados en la gestión de los recursos. Tenemos dos opciones: o decir que no queremos pagar tanto o estar dispuestos a no recibir tanto en salud y pensiones”, agregó.
Ramos también hizo énfasis en echar mano de la tecnología, específicamente del EDUS, para agilizar la atención al usuario. “A mí me dicen que es imposible llamar a la CCSS, que ahí nadie atiende, hay que reducir al máximo posible la interacción con seres humanos que son muy costosos, el paciente se debe sentir atendido y no como ahora que nadie lo atiende”, finalizó.