Una reforma a la Ley de Educación Dual es lo que propone Juan Alfaro López, presidente ejecutivo del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), para hacer un mayor aprovechamiento.
Si bien es cierto el sistema permite disminuir la rotación de personal, bajar costos, conocer a las personas y eventualmente contratarlas, no todas las empresas están anuentes a participar en este proceso, quizá por desconocerlo.
Este es un extracto de la entrevista que Alfaro brindó a un equipo del Grupo Extra, en la que explica que podría exonerarse a las empresas del aporte al fondo de becas durante los primeros tres años.
¿Qué es educación dual?
-Es una estrategia educativa que favorece el proceso de aprender haciendo. Se realiza en alternancia en dos ambientes de aprendizaje: uno en un centro educativo y otro en empresas. Lo que se pretende es dotar a los estudiantes de competencias para el sector empleador y potenciar su desarrollo personal y profesional. La educación y formación dual es una herramienta superpoderosa, se basa en la metodología de “aprender haciendo”.
¿Cuántas personas están en este programa?
-Actualmente en el INA tenemos activas apenas como 350 personas. Los números en educación dual son pequeños para la expectativa y luego de un diálogo nacional.
¿Cuántos estudiantes activos tiene el INA?
-Unos 100.000.
Por regiones, ¿dónde está la mayor cantidad de estudiantes en educación dual?
-En Guanacaste.
¿Por género?
-Es una relación similar, pero tiende a ser un poco más de hombres.
¿Qué ha hecho la institución para promover la formación dual?
-Hemos hecho muchas cosas: acciones de divulgación, foros con una participación de aproximadamente 500 empresas de diversos sectores en todas las regiones del país. Además se hizo el Foro Nacional Dual, llevado a cabo en el Centro de Convenciones, en el que se alcanzó a más de 600 empresas.
Cuando se aprobó la ley se le dio mucha publicidad, pero al parecer los empresarios no ayudan con el tema de la formación. ¿Cuál es la realidad de la formación y la educación dual?
-La ley se emitió en 2019 y se topó directamente la pandemia. Incluso, nos vimos forzados a alejarnos de la presencialidad y adoptar mecanismos de aprendizaje virtuales. Inmediatamente después del periodo de pandemia vino un proceso de reglamentación. En el caso del INA arrancó en 2021 y duró un año.
¿Cuál es el panorama cuando usted ingresa al INA?
-Cuando llegué, en mayo de 2022, había tres convenios con distintas empresas y actualmente se han incrementado (…) Hicimos un diagnóstico y dijimos hay grandes oportunidades (…) Hay hoteles que nos dicen: “Aquel restaurante que usted ve allá estaba cerrado antes de la educación dual. No teníamos talento y hoy no solo lo tenemos abierto, sino que además hemos enviado talento de nuestros hoteles a otras partes del mundo”. Sirven de semillero. Si usted va a Papagayo, hay muchísimos hoteles donde usted es atendido por personas de la modalidad dual del INA (…)
¿Toda la oferta y carreras académicas del INA son aplicables a la educación dual?
-La gran mayoría. Cuando llegué en 2022 había cuatro programas y ya vamos llegando a 15 bajo esta modalidad. Hoy en día van 249 egresados y tenemos 15 programas más en diseño.
¿Cuáles son los cursos más solicitados por los estudiantes?
-Son varios: operación de asistencia en la cocina, administración de puntos de venta, operación de procesos productivos. Hemos estado en temas con el sector agroexportador con los procesos de calidad, principalmente en línea de manufactura en una empresa de exportación bananera, en la Cervecería y una empresa piñera agroexportadora en la Zona Norte. Además salió el de metalmecánica.
¿En qué momento el estudiante se puede incorporar a una empresa bajo la modalidad dual?
-Se va dando un proceso muy integrado porque el instructor del INA se encarga durante un período de transmitir los conocimientos teóricos de la ocupación. Hay programas en los que el 30% del tiempo es en el INA y posteriormente es hasta un 70% donde el instructor visita a la empresa con un mentor, que es una persona de la empresa, el cual guía al estudiante durante la actividad y entre ambas personas van verificando que el estudiante vaya adquiriendo realmente las competencias y conocimientos (…) Hay algunas empresas que incluso nos dicen “la parte teórico-académica la podemos facilitar acá”. Nosotros enviamos el docente, incluso lo tienen ahí mismo en el lugar.
¿Qué porcentaje de los jóvenes que ingresan a ese programa se queda trabajando con las empresas?
-Por lo menos en los programas de turismo, donde hay una relación mucho más orgánica, son la mayoría: 8 de cada 10 se quedan trabajando y los que no permanecen es porque los contrató otra empresa o tuvieron interés de abrirse su propio proyecto productivo. Varias encuestas del INEC refieren que el 76% de los empresarios dicen no estar logrando conseguir talento humano con experiencia, habilidades y destrezas. La educación dual ataca esas dos situaciones.
Si la educación dual ofrece todas estas ventajas, ¿por qué hay tan pocas empresas que apuestan por este modelo?
-Para mí es desconocimiento porque no hay empresas que no nos hablen de los beneficios del sistema dual. Desde que llegué empezamos a llevar el modelo y comunicarlo. También nos encontramos como que está todavía en un proceso de apropiación del mecanismo dentro de las instituciones. Además había solo cuatro programas, entonces esto limitaba de alguna manera el acercarse a las empresas y ofrecerles el servicio (…)
¿Qué debe hacer una empresa para participar en el programa de educación dual?
-Son varios: aplicar a los programas educativos de la educación dual, disponer de las condiciones mínimas y los recursos necesarios requeridos en el programa educativo, al igual que el recurso humano certificado como persona mentora. En cuanto al acceso al espacio físico se deberá atender lo regulado en la ley respecto a los derechos de las personas con discapacidad. Otro punto es garantizar espacios libres de discriminación, hostigamiento o acoso sexual. También se establece que las empresas deberán estar al día con sus obligaciones tributarias.
¿El empresario debe pagar cargas sociales o un salario al estudiante?
-No porque lo que hay es una relación civil educativa. El INA firma un convenio con la empresa y existe un fondo de becas para el estudiante. Las pymes no aportan a dicho fondo, pero las grandes empresas sí contribuyen. En el caso del INA también tiene un presupuesto de ayudas y apoyos económicos. Si un estudiante vive en una zona distinta donde está la empresa, se podría apoyar con el tema del hospedaje adicional a la beca (…)
¿Cuántos egresados tienen?
-En 2022 no fueron más de 30 y hoy superamos los 250. Según el último dato que vi, tenemos 373 personas activas y proyectamos que al final de año podrán egresarse unas 400. Insisto, son números poco bajos en comparación con la potencialidad que tiene el programa.
¿Por qué cree que no resulta atractivo este programa de educación dual?
-Si un empresario cree que puede sostener su giro del negocio y mantenerse competitivo únicamente con entradas y salidas de estudiantes, me parece bastante riesgoso. Quizás algunos no quieren comerse la curva de aprendizaje, pero más bien nosotros creemos que ese espacio es donde el empresario tiene la oportunidad de recibir un estudiante durante un periodo, formarlo, conocerlo y garantizar que tenga todas las habilidades y destrezas. Eso se puede potenciar durante un proceso formativo y educativo (…)
¿Todos califican para la beca?
-La beca se da por estar vinculado al programa. Son unos ¢185.000. La beca, como les decía, se nutre del fondo del 1% del presupuesto de INA, que es cerca de ¢100.350 millones al año. Eso ha generado que, por la poca cantidad de estudiantes que se han vinculado, ese fondo esté alcanzando los ¢7.000 millones. Podríamos tener estudiantes becados en empresas trabajando, aprendiendo y con más posibilidad poder involucrarse o incorporarse después al mercado laboral. Además tenemos una póliza por estudiante, pero está generando toda una situación.
¿Por qué?
-Porque el INA paga la póliza, pero también el empresario lo está haciendo. Entonces eso desincentiva (que las empresas ingresen al programa). Por eso es importante el proyecto del diputado Carlos Felipe García que propone que las empresas queden exoneradas del pago. Ahorita se está dando un pago doble y la idea es fomentar al máximo la potencialidad y capacidades de las personas. Eliminar el fondo estimularía a las pymes para que se involucren en el programa, facilitaría logística y generaría mayor cantidad de personas en educación y mercado laboral.
¿Qué más plantea la reforma?
-Actualmente la norma indica que las empresas deben aportar cerca de ¢135.000 mensuales por cada estudiante en formación en sus labores, monto que imposibilita a muchas empresas a sumarse al modelo o a no superar una matrícula mínima. Con la reforma propuesta la estrategia de atracción de empresas permitirá que por los primeros tres años las empresas no deban incurrir en una inversión que afecte sus operaciones y después iniciar un proceso gradual de aporte hasta alcanzar el 100% a partir del octavo año.