En La Rita de Pococí, Limón, se encuentra ProNuvo, una empresa costarricense pionera en Latinoamérica dedicada a la producción de proteína de insectos para la industria de nutrición animal.
Fundada en 2018 por los hermanos Miguel, Gabriel y Alexandre Carmona, nació con la misión de ofrecer una alternativa más sostenible y eficiente a las fuentes tradicionales de proteína utilizadas en la acuicultura y la alimentación animal.
La idea surgió cuando Miguel, quien llevaba más de 10 años en Costa Rica, identificó una oportunidad en el mercado de alimentos para animales.
“Yo trabajaba en ventas de tecnología, Gabriel estaba en banca de inversión y Miguel nos llama y nos dice: ‘Hey, acá hay una oportunidad muy interesante de abrir una empresa y ser pioneros en algo que todavía no existe acá’”, narró Alexandre Carmona.
Criaderos se diseñaron para propiciar el apareamiento de los insectos.
Los tres dividieron sus roles: Gabriel como CEO, Miguel como presidente y Alexandre como director de marketing.
Los costos elevados y la insostenibilidad de las fuentes convencionales de proteína, como la harina de pescado y la proteína de soya, planteaban una problemática ambiental y económica.
La harina de pescado proviene de la pesca salvaje de especies como sardinas y anchoas, cuya captura masiva impacta negativamente los ecosistemas marinos.
Por otro lado, la producción de soya es una de las principales causas de deforestación a nivel mundial y requiere grandes cantidades de agua y energía.
Ante este panorama, los empresarios vieron la oportunidad de introducir en Latinoamérica un modelo ya probado en Europa, Canadá y Estados Unidos: la producción de proteína a partir de larvas de la mosca soldado negra.
De esta manera generan alimento para mascotas a base de larvas de mosca del soldado negro (BSFL por sus siglas en inglés), convirtiéndose en la primera planta de elaboración de proteína a base de insectos en Costa Rica y Latinoamérica.
Economía circular
Uno de los pilares de ProNuvo es su enfoque en la economía circular, un modelo en el que se aprovechan productos considerados desechos en otras industrias y se reutilizan sin generar residuos.
En este caso la empresa se beneficia de su ubicación en Limón, una zona clave para la industria procesadora de frutas. Allí se generan diariamente grandes cantidades de desechos orgánicos, como la cáscara de banano.
Los hermanos Miguel, Gabriel y Alexandre Carmona fundaron ProNuvo.
En lugar de convertirse en desperdicio, estos residuos se utilizan como alimento para las larvas de la mosca, las cuales convierten la materia orgánica en proteínas y aceites altamente nutritivos para los animales.
“Tomamos material orgánico, lo procesamos un poquito, lo convertimos en dieta para la larva, que lo consume, crece y después nos queda el producto”, explicó Alexandre Carmona.
Actualmente la compañía cuenta con 70 colaboradores y su producción mensual oscila entre 150 y 200 toneladas de proteína seca. Sin embargo, la meta para los próximos años es duplicar la capacidad a un rango de 300 a 400 toneladas mensuales.
Para lograrlo planean iniciar este año la captación de inversión y la expansión de sus instalaciones, con el objetivo de completar la construcción en 2026.
Este insecto es una especie tropical, Costa Rica y otros países de la región ofrecen condiciones climáticas ideales para su producción, sin necesidad de instalaciones costosas de control de temperatura y humedad.

Alexandre Carmona
El menor de los hermanos fundadores de ProNuvo, se graduó de la Universidad de Miami con una Licenciatura en Administración de Empresas.