Una emboscada bien planificada para asesinar José Eduardo Villalobos Arrieta, de 52 años, fue concretada por dos sicarios que llegaron hasta su casa en Matama de Limón, frente a la última parada de autobuses.
La víctima, quien al parecer había sido citado como testigo en un juicio pendiente a resolver por un delito ocurrido en el Caribe, estaba en su casa cuando fue atacado.
Según la información dada por las autoridades en el sitio, el hombre estaba junto a su esposa, al parecer los asesinos a sueldo estuvieron ocultos entre la zona verde cercana para aguardar el momento idóneo para ejecutar el ataque.
Una vez tomada la decisión, los sujetos ingresaron caminando a la casa aprovechando que no tiene tapia ni portones para llegar hasta la puerta, la cual estaba abierta por lo que ingresaron y se toparon de frente con su objetivo.
“Se trata de un hombre que está dentro de su casa de habitación, dos sujetos ingresan y le disparan en la cabeza, lo dejan tirado en un sillón y huyen corriendo de la zona. Al parecer un vehículo los esperaba cerca, por lo que logran escapar con mayor rapidez, pero nadie logró ver el automotor”, dijo Manuel Salas, jefe policial de la zona.
Según el oficial, los testigos describieron a los atacantes como dos tipos de mediana estatura, de tez blanca y delgados, los cuales no dijeron ni una palabra al momento de la fatal ofensiva.
FAMILIARES ASUSTADOS
Salas indicó que para ellos lo único que quedó claro es que no se trata de un asalto, pues no se llevaron ninguna pertenencia y al ser consultado por el juicio al que debía acudir explicó que no hay forma de ligar ese hecho con lo ocurrido anoche.
“No podemos decir que ocurre a causa de eso (testigo de juicio). Los familiares nos mencionan algo sobre el tema, no nos dan mayor información ya que todavía estaban bastante asustados y herméticos con el hecho”, añadió el jefe policial.
Villalobos trabajaba como oficial de seguridad del Hospital Tony Facio de Limón y estaba casado desde hace casi 30 años.