Hay momentos en los que se sienten unos extraños ruidos o zumbidos en los oídos, los cuales resultan molestos, pero si son pasajeros, el problema se olvida y se vuelve a la normalidad, ya que, por lo general, en sí mismos no constituyen una enfermedad, sino que son reflejo sintomático de otras afeccionesAunque en algunos casos pueden deberse a factores circunstanciales como, por ejemplo, la entrada de agua al oído medio, haber viajado recientemente en avión, la práctica de actividades físicas extremas o un cambio de postura, después de haber estado mucho tiempo en alguna posición.Lo que pasa es que algunas personas sienten recurrentemente esa molestia y con una intensidad de moderada a fuerte y es cuando debe acudirse inmediatamente al médico, pues los zumbidos fuertes y continuos en un oído o en ambos pueden deberse a alguna patología de importancia.Se debe tener en cuenta que incluso la alimentación puede influir. Entre las causas que lo producen están el exceso de cera en el conducto auditivo, entrada de agua al interior del oído, cuerpos extraños en el oído, cambios hormonales.Mientras entre las causas patológicas se encuentran: otitis o infección de alguna zona del oído, tímpano perforado, cadena de huesecillos endurecida, excrecencias carnosas, quistes o tumores, enfermedad de ménière, trastornos neurológicos, diabetes y obesidad, trastornos psicológicos graves.
RELACIONADAS CON TRAUMAS
Golpe cerca del oído o en la cabeza por caída, impacto, etc., hipertensión arterial y enfermedades coronarias.Otras condiciones que pueden causar tinnitus o acúfenos, como también se le conoce al zumbido, incluyen: consumo de drogas, estrés, ansiedad y fatiga, consumo de ciertos medicamentos, exposición a sonidos a muy alto volumen, exposición a ruido ambiental alto y continuado, uso frecuente de auriculares con volumen alto.
EN CASO DE PADECER
Si la molestia es frecuente y continuada, debe acudirse al médico de inmediato para tener un diagnóstico, pues es importante obtener un tratamiento oportuno. De esa manera se evita el agravamiento o la posibilidad de secuelas irreversibles.El médico podría aplicar un test sonoro o solicitar estudios clínicos. Es posible que el paciente sea remitido a otros especialistas como el psiquiatra, psicólogo o endocrino.En cuanto al tratamiento, dependiendo de la causa, el médico elegirá entre terapia farmacológica, soluciones quirúrgicas, terapias acústicas o radiofrecuencia.Se recomienda no tomar aspirinas, pues el ácido acetilsalicílico es nocivo en estos casos.La única condición para usar remedios caseros es que la causa no sea patológica.Las recomendaciones incluyen consumir ciertas sustancias o alimentos como piña, Gingko Biloba o colocar toallas tibias sobre las orejas, entre otras.
CÓMO EVITARLOS
Una de las medidas de prevención especiales consiste en evitar exponerse a ruidos muy fuertes. En general, basta con llevar hábitos de vida sanos, mantener la salud física y psicológica.Es importante reducir el consumo excesivo de sal, azúcar, cafeína y comida rápida, adoptando una alimentación buena y balanceada. No hay que olvidar hidratarse adecuadamente y la práctica de ejercicios.