Durante las próximas semanas la población de todas las escuelas y colegios públicos del país estará inmersa en la celebración de sus procesos electorales estudiantiles. En efecto, de acuerdo con el calendario escolar, del 13 al 17 de mayo próximo se celebrará la semana cívica dedicada a la presentación de candidaturas, al desarrollo de actividades proselitistas, al debate de ideas y a la celebración de los comicios.
Este ejercicio de participación política es clave en el proceso de formación de ciudadanía y en el aprendizaje de valores democráticos. Las elecciones estudiantiles facilitan el desarrollo de una serie de destrezas para la convivencia ligadas a valores como el respeto, la tolerancia y la responsabilidad. El proceso electoral constituye una oportunidad propicia para el ejercicio de la capacidad de escuchar, de razonar, de deliberar y de decidir.
Niñas, niños y jóvenes de todo el país se organizan en partidos políticos, realizan sus campañas y defienden sus planes de gobierno. Un tribunal electoral, integrado por estudiantes de cada centro educativo, se encarga de dirigir el proceso electoral y velar por el cumplimiento de las normas establecidas en el Código Electoral Estudiantil. La contienda electoral propicia la experiencia democrática de ganar y perder, de acatar el mandato de las mayorías y de respetar a las minorías. Asimismo, pasados los comicios, se procura fomentar valores como la responsabilidad y prácticas como la rendición de cuentas por parte de las personas electas.
En el marco de este proceso, las normas electorales estudiantiles promueven la tolerancia y fortalecen la convivencia social al establecer criterios de inclusión y no discriminación. En efecto, los últimos ajustes reglamentarios dispuestos por el Ministerio de Educación Pública en 2009, eliminaron barreras discriminatorias que restringían el derecho de participación a algunos sectores del estudiantado, para que el único requisito de postulación a cargos sea ostentar la condición de alumno o alumna regular de la institución, sin importar la nacionalidad, el género o el desempeño académico.
En suma, las elecciones estudiantiles constituyen una herramienta que potencia el diálogo, el respeto, el liderazgo, la participación y la convivencia pacífica. Esta práctica permite que las personas jóvenes desarrollen su capacidad de liderazgo y un sentido de compromiso con su entorno. Desde el Instituto de Formación y Estudios en Democracia (IFED) del Tribunal Supremo de Elecciones, en colaboración con la Dirección de Vida Estudiantil del Ministerio de Educación Pública, se asume que las elecciones estudiantiles constituyen, más allá de un ejercicio simbólico, una práctica efectiva de ciudadanía que merece ser fortalecida.