Cuando llega el verano y aparecen los primeros rayos de sol, solo nos apetece hacer una cosa: descubrirnos los hombros y las piernas, disfrutar de un té helado en una terracita e ir a la playa a recargar las pilas. Y aunque todo el mundo se concentre en que el sol tiene efectos devastadores para la salud, no hay duda de que también aporta bienestar y alegría a nuestra vida diaria. Por supuesto, eso no significa exponernos al astro rey sin protección apropiada.
Según un estudio científico realizado por un grupo de investigadores, esto se debe a la reactivación de un neurotransmisor que se llama serotonina, el cual aumenta el buen talante con el calor y los días soleados.
Además, tomar el sol estimula la producción de B-endorfinas en nuestro organismo, lo que nos aporta una sensación de bienestar, debido a que estas actúan sobre las neuronas sensoriales y producen un sentimiento de euforia y alegría.
¿Qué efecto tienen realmente los primeros rayos de sol sobre la gente?, pues muestran el momento ideal para estar con los suyos.
La llegada del buen tiempo supone el regreso de las tardes tranquilas con los amigos y las visitas de familiares. Nos encantan esos momentos tan especiales que nos permiten pasar tiempo y compartir cosas con los que más queremos; influyendo definitivamente en el humor y estado de ánimo de las personas.
¿POR QUÉ ES TAN BUENO PARA LEVANTAR EL ÁNIMO?
Un estudio científico revela las causas biológicas de ese estado: cuando sale el sol se enciende el buen ánimo, ya que un neurotransmisor llamado serotonina levanta el humor y aumenta la producción de endorfinas, que son las hormonas de la felicidad, una especie de analgésico.
La risa es la mejor fuente de estas. Una simple sonrisa basta para estimularlas.
Un grupo de científicos de Toronto se propuso investigar porqué durante el invierno las personas en general sufren de malhumor, se deprimen y en vez de salir con amigos prefieren quedarse en casa viendo una película.
Y también seguir la ruta para comprender por qué cuando llegan los meses cálidos estos síntomas desaparecen.
Para eso, analizaron qué impacto tuvieron los cambios de estaciones sobre la actividad cerebral de 88 personas durante 4 años, a través de tomografías: observaron que entre menos serotonina circulaba por el cerebro peor era el humor de las personas, y que esto se daba cuando el clima era frío. Lo contrario sucedía cuando empezaba el calor y los días se alargaban.
La serotonina se encuentra en varias regiones del sistema nervioso central y tiene mucho que ver con el estado de ánimo, por lo que su aumento en los circuitos nerviosos produce una sensación de bienestar y relajación.