La Iglesia Universal celebra, de manera especial, la fiesta de la Virgen del Rosario en octubre y aprovecha este tiempo para resaltar la importancia de la devoción mariana que nos ayuda a meditar en los misterios de Cristo y a asimilar el Evangelio en nuestra vida diaria.
En un mundo contemporáneo tan necesitado de espiritualidad se vuelve urgente que nuestras comunidades cristianas se conviertan en “auténticas escuelas de oración”. En efecto, las parroquias deben ser “escuelas de oración” para ayudar a sus miembros a cultivar una vida de invocación más profunda, fortalecer su relación con Dios y fomentar una comunidad espiritual unida.
En este contexto, el Rosario, arraigado en la tradición cristiana, es una oración meditativa y una herramienta efectiva para cultivar la paz y fortalecer a las comunidades y a las familias en tiempos de crisis. Numerosos santos, como el Padre Pío, encontraron en el Rosario un verdadero camino hacia la santidad.
La oración del Rosario y la meditación en los misterios permite a los creyentes abrir sus corazones a la gracia de Jesucristo. Así lo constató San Juan Pablo II (cfr. Rosarium Virginis Mariae, 14-17), quien nos enseñó la importancia de:
1.Comprender a Cristo desde María: María es la maestra experta en ayudarnos a comprender a Cristo. El Rosario es como una “escuela” de María para aprender a conocer a Jesús y penetrar en su misterio. María nos invita a acercarnos a Cristo con humildad y fe, como lo hizo en la Anunciación.
2.Configurarse a Cristo con María: La espiritualidad cristiana implica la búsqueda constante de configurarse con Cristo. El Rosario, al meditar los Misterios de la vida de Cristo en compañía de María, nos ayuda a adoptar los sentimientos de Cristo y a acercarnos a Él de manera amistosa.
3.Rogar a Cristo con María: María intercede por nosotros ante Dios, confiando en su materna intercesión. La oración del Rosario se apoya en la eficacia de la intercesión de María, la llena de gracia.
4.Anunciar a Cristo con María: El Rosario también tiene un valor catequético y puede ser una herramienta importante en la evangelización.
Con lo expresado se evidencia que el Rosario no es una devoción del pasado, sino que sigue alimentando la espiritualidad de muchos, pues el Misterio de Cristo nunca deja de estar vigente y su acción transformadora se constata en la vida de muchos santos. Cuántas comunidades, al no tener la oportunidad de la celebración frecuente de la Eucaristía, se apoyan en el rezo personal, familiar y comunitario del Santo Rosario.
Al inicio de octubre, quiero invitar a todos los fieles a valorar y rezar el Santo Rosario. Así, imploremos a María, la llena de gracia, que albergó en su seno a quien es Fuente de toda vida, para que se detenga la ola de violencia en nuestro país.