\”Estoy muy contento por quedarnos, tenemos todavía muchos desiertos por explorar y hay un potencial enorme en el país\”, indicó a la AFP David Castera, horas antes del final de la 45ª edición del rally-raid el domingo, en Damman.
El grupo Amaury Sport Organisation (ASO), organizador del rally-raid, anunció en abril de 2019 que había decidido \”escribir un nuevo capítulo\” de su historia \”en los misteriosos y profundos desiertos de Oriente Medio, en Arabia Saudita\”. Se habló entonces de un contrato de cinco años.
En realidad se trataba de un contrato de 10 años, con una cláusula de salida a los cinco años, dice el patrón del Dakar.
\”No la activaremos\”, asegura ahora. Los sauditas participan en el proyecto y el reino constituye \”un país de expresión del Dakar\”, explica sin precisar el montante del contrato.
ASO también deja abierta la puerta a otros países limítrofes.
Tras el Sahel y la primera edición en 1978 y Sudamérica a partir de 2009, el Dakar, mayor rally-raid del mundo, se asentó en Arabia Saudita, una decisión que generó controversia debido a las carencias del reino en materia de derechos humanos.
La potencia económica del Golfo es acusada regularmente de practicar \’sportwashing\’ para mejorar su imagen y reputación a partir de eventos deportivos