Miguel Ángel Rodríguez*
Desde que muy temprano me inicié en política, lo hice movido por mi pasión por el desarrollo nacional y por mejorar la situación de las familias costarricenses con mayores dificultades, y de hacerlo uniendo valores y objetivos nacidos del cristianismo y de nuestra cultura con el conocimiento científico. Y desde entonces -cuando empecé en las filas del movimiento que propulsó la candidatura de don Mario Echandi para la elección de 1956- lo he hecho en las filas opuestas al socialismo.
He luchado en favor de los objetivos de la doctrina social cristiana y convencido de que, para aumentar la producción y poder atender mejor las necesidades de las personas el instrumento mejor es un mercado libre, sometido a un Estado de derecho que defienda los derechos humanos, patrimoniales y civiles de todas las personas.
Por eso he permanecido siempre en el PUSC, desde su formación muchos años después de esas tempranas experiencias de hace casi 70 años, y ya con mis carreras universitarias y el enorme aprendizaje de haber estado en el Gabinete de don José Joaquín Trejos y en la Directiva del BCCR. Aun cuando mi partido me dio la espalda, me quedé en él.
Agradezco profundamente al PUSC haber confiado en mí en la década de 1990 y haber sido el conducto para que los ciudadanos me hicieran el alto honor de llevarme a servirlos en la Asamblea Legislativa -incluso como su presidente- y en la Presidencia de la República.
Pero debemos reconocer los socialcristianos que los resultados electorales de las últimas campañas indican que es muy difícil que volvamos a gobernar sin abrirnos y hacer alianzas con otras fuerzas, en las que militan queridos amigos que antes engrosaban nuestras filas.
Por eso desde la segunda vuelta de las elecciones de 2018 vengo invitando a los socialcristianos a volver a su casa, el PUSC. Y vengo señalando la necesidad de que el PUSC sea el líder en formar alianzas y coaliciones con esos otros grupos para asegurar un triunfo electoral que nos asegure volver a ejercer la Presidencia y no solo elegir diputados, alcaldes, regidores y síndicos.
Hoy considero aún más importante un triunfo del PUSC para que gobierne el país. Lo creo por el deterioro que vive nuestra institucionalidad democrática en occidente, en América latina y entre nosotros; por la confrontación y la polarización que se da entre los ciudadanos y la fragmentación y multiplicación de los partidos políticos; por el deterioro de nuestra atención a la salud y a la educación; frente a los retos de los cambios ambiental y tecnológico; y ante la transformación acelerada de nuestra población en camino a ser una sociedad de personas adultas mayores. En esas condiciones es urgente recurrir a fuerzas políticas tolerantes, que fundamenten las relaciones humanas en la dignidad y libertad de todas las personas y en su llamado a amarse unas a otras, y que conciban políticas públicas no basadas, ni en magia ni en buenos deseos, ni en la omnipotencia inexistente de un caudillo populista, sino en nuestros valores tradicionales y en el conocimiento científico y la experiencia histórica.
El PUSC debe poner de su parte para hacer posible ese esfuerzo.
No basta con elegir un muy buen candidato y con preparar y difundir buenos programas convincentes y realizables. Lo que por supuesto es necesario para que muchas personas con una visión congruente y propositiva puedan llevar adelante un programa de gobierno que enfrente con éxito nuestros principales retos.
Pero no es suficiente. Es necesario también abrir el camino para integrar a otras fuerzas políticas.
La resolución que ha tomado el Tribunal Electoral Interno del PUSC de hacer la convención y las cantonales el 1º de junio de 2025 en mi concepto limita grandemente esa posibilidad.
Hay que tener más tiempo con un candidato presidencial electo del partido que pueda negociar con otras fuerzas para unir esfuerzos. Sin un candidato electo, la posibilidad de lograr una unión es mucho menor.
Respetuosamente solicito al PUSC, mediante su Asamblea Nacional, cambiar esa decisión y efectuar la convención para elegir candidato presidencial y las elecciones para renovar las autoridades del partido lo más temprano posible, en abril 2025.
*Expresidente de la República