Ningún equipo es invencible, pero en Puntarenas quieren extender lo más que se pueda la linda experiencia de llegar a un partido y salir con puntos en la bolsa al final de los 90 minutos, aunque esto signifique tener que matarse de más por 45 minutos para seguir con la condición de invicto.
Cartaginés arribó al Lito Pérez sin nada que perder y mucho que ganar, sin embargo y pese a liderar el marcador en un tramo del juego, fue incapaz de sostener la diferencia. La presión porteña pudo más.
Todo se resumió en un nada para nadie, tras un empate 1-1.
Con el resultado la fiesta chuchequera sigue en lo más y mejor. El invicto que tanto defiende el benjamín de la máxima categoría se mantiene intacto. Son 7 jornadas y contando.
En contraparte los blanquiazules aún no convencen en el campeonato nacional ni en el semestre, considerando que a mitad de semana dieron un paso atrás en su visita al Real España, de Honduras, en la Liga Concacaf.
El espectáculo en cancha fue mejor de lo prometido. Ambas escuadras tuvieron la convicción de proponer, entretener e ir por el resultado grande… por lo menos la primera mitad fue así.
El ambiente en las gradas como siempre, de nota 100.
Para que la pizarra se moviera hubo que esperar hasta el minuto 40, con una anotación de Michael Barrantes desde los once pasos.
El gol estuvo antecedido de una acción en que Marco Ureña se enfilaba en un contragolpe a un mano a mano ante Guido Jiménez, pero el arquero se llevó en banda al atacante en el achique dando como resultado la pena máxima que llevó a la apertura del marcador.
TODO CAMBIÓ
Para la etapa de complemento otra música sonó. Los porteños redoblaron esfuerzos, apelaron a lo emocional y se les fueron encima a los blanquiazules. Los pupilos de Alexander Vargas asfixiaron a los de Geiner Segura corriendo tras el balón como si tuvieran 4 pulmones.
Era cuestión de tiempo para que tanta amenaza desencadenara en algo. Ese algo llegó al minuto 62, cuando Anthony Hernández recibió una falta dentro del área que Benjamín Pineda consideró como penal.
El encargado de tomar el esférico fue Asdrúbal Gibbons. El capitán chuchequero sacó un misil de su pierna derecha que se convirtió en la paridad del cotejo.
Puntarenas no conforme con la igualdad en las cifras, intentó más. Para infortunio de los de casa y tranquilidad de los campeones, el tiempo se agotó y el empate se consumó.