Lic. Fernando Ramírez Serrano*
En la actualidad, las redes sociales han revolucionado la forma en que nos relacionamos, comunicamos e incluso consumimos. Sin embargo, mientras se constituyen como un lugar para el progreso y la innovación, también han creado nuevas oportunidades para fenómenos que antes se mantenían en las sombras, como lo es la comercialización de sustancias ilícitas. Las redes sociales, las plataformas de mensajería instantánea y los mercados oscuros han transformado la manera en que las drogas se distribuyen y se consumen.
Una de las características más atractivas que ofrecen las redes sociales a los traficantes de drogas es el anonimato. Mientras que las transacciones físicas requieren un grado de exposición personal y geográfica, el entorno digital permite que compradores y vendedores permanezcan ocultos tras la pantalla de un dispositivo.
Las redes sociales no solo son utilizadas para establecer contactos entre vendedores y consumidores, sino que también sirven como una herramienta de marketing para la venta de drogas. Plataformas como Instagram, Facebook, TikTok, X y juegos en línea, aunque no diseñadas originalmente para tal fin, han sido utilizadas por narcotraficantes para mostrar sus productos de manera atractiva y así captar a sus clientes. Asimismo, mediante el uso de mensajes codificados, principalmente emojis, se facilita la comunicación y se consolida la creación de una comunidad clandestina en línea.
Ahora bien, en lo que respecta al lenguaje cifrado de las drogas, los emoticones que hacen referencia a la cocaína son aquellos relacionados con la nieve, un diamante, una bola de billar con el número 8, una llave, la carita con la lengua afuera y una ballena. En el caso del éxtasis o MDMA se utilizan figuras de un corazón rojo, un rayo, una equis roja, una píldora o un confite. Para la marihuana, se recurre a emoticones de brócoli, del fuego, de palmera, de pino, la carita con la boca abierta y el trébol.
Es importante referir que, si bien algunas de estas redes sociales han restringido el uso combinado de estos emoticones para prevenir la comercialización de drogas, lo cierto es que, hecha la ley, hecha la trampa, y para burlar estos algoritmos las organizaciones criminales ahora han recurrido a otras formas para comunicarse, entre ellas el lenguaje en señas y vídeos con imágenes como las antes referidas.
Así queda claro que las redes sociales son el nuevo mercado para la comercialización de drogas, es de gran relevancia que la población en general, y en especial los padres de familia y cuidadores, conozcan los códigos utilizados por los grupos criminales para el desarrollo de su actividad delictiva, para prevenir que la población más joven de nuestro país tenga acceso a este tipo de sustancias a través de estos medios. Adicionalmente, las instituciones del Estado y sus representantes debemos tomar acciones para atender los desafíos que nos presenta este fenómeno y que afectan la seguridad y la salud pública.
*Director del Instituto Costarricense sobre Drogas