En este país, tenemos la mala maña de que hay departamentos de abogados en todas las instituciones y al final contratan bufetes externos pagando un montón de plata a pesar de que en planta existen muchos profesionales que cobran salarios bastante onerosos.
Como si esto no fuera suficiente, ahora a pesar de que el Instituto Nacional de Seguros (INS) tiene un departamento de recursos humanos resulta que contratarán una empresa que se encargará de medir el clima laboral.
Quizá el problema es que constantemente estamos escuchando cómo todas las instituciones se quejan de que no tienen dinero, que no pueden invertir en nada porque la plata no alcanza, porque comprar uniformes e insumos es un sueño de opio, porque no hay cobija para tanta gente, pero resulta que entonces se van a gastar ¢67 millones para ver cómo se sienten los empleados.
Este tipo de iniciativas a veces parecieran como inventos sacados de la manga, porque no saben en qué invertir en dinero, si es que les sobra, deberían de ver la manera legal de entonces ayudar al Ministerio de Seguridad a invertir en insumos o podrían ayudar al Ministerio de Educación Pública con las escuelas que se están cayendo.
Prioridades y necesidades en este país existen muchas, solo que no se tienen los recursos necesarios para atender todo al mismo tiempo, pero además seamos realistas, qué estrés van a tener los empleados del INS si tienen todas las comodidades para laborar.
Estresados deben estar los maestros que muchas veces tienen que trabajar con las uñas para dar clases y que muchas veces deben poner de su propio dinero para invertir en los materiales o, peor aún, les toca costear las necesidades de algunos estudiantes de familias de escasos recursos, porque de no hacerlo estos niños o jovencitos se sumarían a la lista de desempleados del país.
La gran justificante en el INS es que quieren definir el clima organizacional y ver cómo vive cada funcionario dentro de la organización, pero ¿será que el departamento de recursos humanos no puede aplicar este proyecto para ver cómo van caminando las cosas dentro de la institución?
Pensando en frío, nos preguntamos para qué servirá esto, pues, aunque se encuentren cosas anómalas dentro del proceso, el despedir a alguien en el sector público puede implicar meses y hasta años de aguantar un funcionario que lo mandan para la casa, con salario y con el atenuante de que les toca contratar a alguien más para ese puesto, entonces el gasto es doble.
Pero además en las empresas e instituciones públicas es donde más rápido corren los chismes y empiezan las murmuraciones, entonces si hay algún departamento que tengan problemas es muy fácil saberlo.
Nos preguntamos entonces cómo las empresas privadas siguen creciendo si no hacen este tipo de cosas, pero es que seamos realistas, si usted en estas instancias no cumple con los resultados, no avanza en su labor y no se acopla a su puesto, entonces no le queda más que renunciar, ser despedido o ir trabajar y cumplir con sus funciones.
Como país, debemos ser más eficientes con los recursos, porque de lo contrario no vamos a salir del atolladero donde nos tienen a nivel económico por lo menos desde los últimos tres Gobiernos.
Habrá que ver si el actual nos permite mejorar un poquito o nos dejarán peor de lo que nos encontraron.