La Paz, (EFE).- El número de familias damnificadas por las intensas lluvias en Bolivia asciende ya a 52.300, cifra que se ha incrementado en 5.000 en menos de una semana, según datos hechos públicos hoy por el Gobierno boliviano.
El ministro de Defensa, Rubén Saavedra, informó hoy en una entrevista con la radio estatal Patria Nueva de que las lluvias que comenzaron en octubre han dejado hasta ahora 46 fallecidos, 14 desaparecidos y 52.337 familias afectadas.
Saavedra, que citó las últimas cifras de las que dispone Defensa Civil, reiteró que el Ejecutivo trabaja en coordinación con las instituciones de los departamentos afectados para atender a los damnificados y cubrir sus necesidades básicas.
La cifra de fallecidos por las lluvias se incrementó drásticamente el pasado fin de semana cuando el derrumbe de un cerro sobre una comunidad de viviendas del municipio de Morochata, en Cochabamba (centro), enterró a varias familias.
Catorce personas, entre ellas siete niños, fallecieron a causa del deslizamiento de tierras.
El titular de Defensa indicó este martes que se trabaja \”estrechamente\” con la Gobernación cochabambina para recuperar los cuerpos sepultados por el alud, ya que hasta ahora sólo han sido rescatados cuatro.
Además, las lluvias han provocado pérdidas millonarias en los sectores agrícola y ganadero.
Por su parte, la ministra boliviana de Comunicación, Amanda Dávila, informó en una rueda de prensa de que el presidente Evo Morales está elaborando un plan para reubicar en tierras de propiedad del Estado a las familias damnificadas.
\”Las tierras fiscales (estatales) se encuentran casi en todo el país y esas serán ofrecidas a los damnificados (…) para que las familias puedan rehacer su vida\”, indicó Dávila.
Morales ya adelantó el lunes esta oferta de tierras a los damnificados, aunque se refirió específicamente a terrenos ubicados en el oriente del país.
\”Las personas que quieren irse al oriente boliviano tendrán su tierra, tenemos millones de hectáreas de tierras fiscales disponibles\”, indicó Morales.
La temporada de lluvias en Bolivia se extiende desde octubre a marzo, por lo que las precipitaciones pueden seguir todavía.
El Gobierno boliviano decretó a finales de enero la emergencia nacional, para que las gobernaciones departamentales y alcaldías puedan introducir variaciones en sus presupuestos y disponer con mayor facilidad de recursos para ayudar a los damnificados.