Chepe Arrieta es una de las personas más reconocidas de Santa Cruz, Guanacaste. Tiene más de 40 años de asistir a las fiestas y siempre ha colaborado en la construcción de la barrera del redondel.
Pero estas fechas significan algo más que la monta de toros. Entre sus dedos índice y corazón muestra con orgullo una cicatriz que, según dijo, es el único recuerdo que le queda de una bombeta que por poco le amputa la mano.
Después de pasar varios meses en el Hospital del Trauma, el doctor que lo atendió le dijo lo que él ya sospechaba: “Es un milagro que usted no haya perdido la mano o quedara ciego”.
“El dedo me quedó guindando. Yo me lo iba a cortar, pero mi hijo me insistió en que no. Cuando todos me dijeron que era un milagro que no perdiera la mano les dije que era obvio, es porque soy devoto de Esquipulitas”, relató.
Cuando se le consulta sobre el testimonio de las intercesiones del patrono de los santacruceños cuenta la anécdota de una vagoneta que quedó atrapada en medio de un río crecido. En ese momento él les dijo a los presentes que esperaran un momento y podrían sacarla.
“Estábamos ahí y a los 10 minutos de una sola arrancada encendió y salió. El chofer me dijo: ‘¡Usted sí es devoto!’ y le dije: ‘¡Claro! El Negro es fuerte’, por eso los santacruceños somos devotos”, agregó con una sonrisa. Zaida Dinarte es una santacruceña que asegura el Santo Cristo de Esquipulas hace milagros y esa fe en él pasa de generación en generación.
“Todos los días le pido a él. Esquipulas escucha a este pueblo devoto”, manifestó. Según el Centro de Patrimonio Cultural, esta tradición se originó en 1804.

Chepe Arrieta
“El Negro hace muchos milagros. Veo los milagros que le piden a Esquipulitas y él se los concede. Yo les digo: ‘Espérense, él les va a hacer el milagro’”.

Zaida Dinarte
“Yo para todo me agarro de él, no hay un día en que no le pida. Desde pequeñita a uno lo crían conociendo sobre los milagros de Esquipulas y crece con esa fe”.

Lili Gómez
“Me asaltaron y me golpearon, estuve inconsciente nueve días y luego tres meses en el Hospital México. Yo lo vi pasar y me devolvió la vida”.