Aunque los llamados a votar en las elecciones de los Estados Unidos son los 50 estados y el distrito de Columbia (ciudad de Washington), la realidad es que la elección depende de un total de siete estados.
Eso se debe a la forma de elegir el gobierno en los Estados Unidos. Allí se determinan los presidentes por medio del Colegio Electoral, un conjunto de 539 delegados de cada uno de los estados que se reúnen para escoger quién gobernará el país por los próximos cuatro años.
En esta elección, se prevé que siete estados tengan una votación tan cerrada que mediante estos se decidirá el futuro gobernante. Se trata de Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Arizona, Nevada, Georgia y Carolina del Norte.
De acertar todas las encuestas, el exmandatario republicano Donald Trump alcanzaría 287 votos del Colegio Electoral (con 270 le bastarían) y la actual vicepresidenta Kamala Harris lograría 251.
Pero en esos siete estados las diferencias son inferiores al 3%. Por ejemplo, Harris aventaja a Trump por 0,3% en Wisconsin, mientras que Trump le llevaría 2,6% de ventaja en Georgia.
¿CÓMO SE CONSOLIDA UN ESTADO ELECTOR?
En términos electorales, los estados norteamericanos se pueden dividir en tres grupos. En primer lugar, está el famoso muro azul, un conjunto de Estados que tradicionalmente votan por demócratas. Luego están los estados rojos, que tienden a apoyar a los republicanos y finalmente se encuentran los llamados “swinger states”, que pueden decidirse a favor o en contra de un determinado candidato.
Entre las razones que puede haber para que un estado se determine por algún aspirante está la relación entre urbano y rural, porque los votantes de las ciudades tienden a ser más liberales y respaldar más a los demócratas, mientras que los del campo se tornan más conservadores y tienden a decantarse por los republicanos.
También los grupos étnicos pesan, mientras que afrodescendientes, latinos (excepto cubanos), italianos o irlandeses son más demócratas, los descendientes blancos y los cubanoamericanos prefieren a los republicanos.
Hasta la religión es un factor, pues los católicos tienden a votar más por candidatos liberales demócratas, mientras que los evangélicos y neopentecostales siguen eligiendo más a los candidatos republicanos. Claro está, eso es solo una línea de tendencia, ya que las preferencias pueden variar de una comunidad a otra.