Un minuto de silencio, para el León que ya está muerto. Saprissa ganó el clásico con autoridad (1 a 0) y dejó a Alajuelense en coma, muerta en vida hasta que los números certifiquen su defunción en un par de fechas. El Monstruo jugó un partido correcto y se llevó los tres puntos gracias a un golazo de Deyver Vega. La Liga nunca reaccionó y dejó tiradas en Tibás sus últimas esperanzas de clasificar.
Morados y manudos jugaron un partido de dientes apretados, de mucho control en el centro del campo y pocos espacios en ataque. Saprissa con mayor posesión del balón y un juego más vertical apoyado en la velocidad de un imparable Diego Madrigal. Alajuelense nunca se sintió cómodo, explotó poco las bandas y dejó demasiado solo a un inofensivo Jerry Palacios.
Con un duelo tan cerrado, el premio mayor sería para el que supiera explotar sus individualidades y ahí la balanza se inclinó del lado morado. Corría el minuto 37 cuando Deyver Vega atacó por la derecha, Ariel Soto lo aguantó pero le dejó mucho espacio, Vega amagó y sacó un zurdazo espectacular que se clavó en el ángulo superior derecho de un Pemberton que hizo la estatua. ¡Golazo de otro planeta!
En el segundo tiempo Saprissa continuó siendo más que una Liga cuya banca ayer daba lástima. Los cambios de Keosseian más bien debilitaron el once rojinegro y el Monstruo aceleró en medio de la lluvia en busca del segundo. Luis Diego Cordero lo hizo al minuto 81, pero ni el árbitro central ni el juez de línea vieron cómo el balón cruzó la línea por completo antes de que Meneses la despejara. Ni siquera así reaccionó la Liga, un equipo cuyo corazón dejó de funcionar desde hace días y cuya muerte es una cuestión de horas.