Nadie puede subestimar, en América Latina, la importancia estratégica y geopolítica mundial de este segundo gobierno del presidente Donald Trump.
Para Costa Rica, en la agenda bilateral con Washington, el tema principal no es la migración ilegal, porque los costarricenses no somos, hasta ahora, un pueblo de migrantes hacia el norte, como sí les sucede a mexicanos, hondureños, nicaragüenses y a los que vienen del sur, desde Venezuela, Colombia o desde el Caribe, como los cubanos, dominicanos y haitianos.
Esos países hermanos tienen frente a sí un tema crítico y fundamental de agenda con el gobierno de los Estados Unidos, por el anuncio de grandes y masivas deportaciones inmediatas. Panamá, enfrentará otro tema esencial: su soberanía indisputable y la neutralidad absoluta del canal, garantizada y protegida internacionalmente por los Tratados Torrijos-Carter.
Para Costa Rica, las relaciones con los Estados Unidos son fundamentales, porque es nuestro principal mercado de exportación, atracción de inversiones y transferencia de necesarias tecnologías. Ambos países tenemos una crisis estructural y estratégica en común que enfrentar y es el negocio transnacional e ilegal del narcotráfico y la droga que viene de países del sur de América Latina y va hacia el mercado de los Estados Unidos como su principal destino.
Hemos sido siempre países amigos y aliados, en la confrontación entre la democracia y el totalitarismo comunista o las dictaduras militares y familiares de América Latina. Ese tema fundamental y la alianza de valores y principios que eso significa fue suficiente y resolvió soberanamente las eventuales y coyunturales diferencias sobre temas específicos bilaterales y multilaterales.
Sin embargo, este segundo gobierno del presidente Trump se inicia lleno de enormes, fuertes y controversiales propuestas e interrogantes geopolíticas y estratégicas fundamentales en casi todos los temas imaginables. Un hecho importante sí debe señalarse y es que, en el primer gobierno Trump, los Estados Unidos no se involucraron en ningún conflicto militar. En el presente, es evidente su cercanía con Putin, su influencia y posiciones en la OTAN, así como su mayor capacidad de negociación en la guerra de Israel y Palestina.
Todo ello en un contexto mundial en que la geopolítica y el poder militar, la competencia económica, las inversiones y el comercio transnacional, la ciencia, la tecnología y las comunicaciones han generado un nuevo Orden Mundial Multilateral, signado por el pragmatismo y el realismo, en abierta competencia entre los Estados Unidos, la Unión Europea, el bloque China-Rusia y los Brics.
Vivimos tiempos complejos y difíciles, pero con oportunidades para Costa Rica.
¿Y usted qué opina?