Madrid. (EFE). – El Real Madrid dejó al campeón contra las cuerdas; se impuso al Atlético de Madrid y dio un paso al frente hacia la final de la Copa del Rey, a expensas aún del partido de la próxima semana en el Vicente Calderón.
El conjunto blanco, más ambicioso que un rival el cual pretendió no salir del guión que acostumbra, acabó con la impecable racha del líder de Primera, quien acumulaba, hasta la fecha, 23 partidos sin perder.
Fue una acción sin aparente peligro, una subida sin excesiva convicción de Pepe la que abrió el marcador. Di María desahogó hacia el defensa que lanzó un zapatazo desde fuera del área. El balón tenía pinta de ir fuera pero en su camino se topó con
el argentino Emiliano Insúa, que lo cambió de dirección, fuera del alcance del belga Thibaut Courtois y hacia la red.
El partido se situó a gusto del Real Madrid mientras la intensidad y la tensión se disparó.
El gran peligro blanco llegó por parte de Jesé. El canterano se siente importante. Despojado del impacto que genera la titularidad del Real Madrid, dejó en evidencia a los zagueros atléticos. Sus compañeros no lo supieron aprovechar. Fue casi la única vía directa a Courtois que dejó entreabierta el cuadro de Simeone, que apenas inquietó más
a la zaga blanca antes del descanso. Después marcó. Como en Bilbao.
El mazazo blanco llegó antes del cuarto de hora, con un centro de Di María, quien remató a la primera Jesé. El segundo. Otro gol importante del canario, que sobresale en las grandes citas.
Modric sacó bajo palos un remate de cabeza de Godín, Iker estaba batido. Pero un nuevo rechace acentuó el castigo rojiblanco. Un disparo de Di María que desvió Miranda puso el tercero. El Atlético firmó uno de sus encuentros más grises en la era
Simeone y bajó los brazos. Ahora queda al amparo del choque de vuelta y una noche épica en su estadio.