Es costumbre que abordemos el tema de la próstata en enero, a sabiendas de que todos tenemos nuestros propósitos de Año Nuevo. Pero esta vez, tiene una connotación especial, porque ya la pandemia parece superada así que muchos varones que no consultaron durante la cuarentena pueden desde ya ponerse al día. Por eso, le recomiendo al lector mayor de 35 años que empiece este año haciéndose el examen de próstata, para que salga de eso, y para que se convierta en costumbre.
Recordemos que la próstata es una glándula oculta en la parte más profunda de la pelvis; y su función es producir algunas sustancias que conforman el semen. Esta glándula suele ser muy noble durante los primeros 40 años de vida, pero a partir de esa edad comienza a experimentar agrandamientos, y también procesos cancerosos.
En Costa Rica diagnosticamos al menos tres varones con cáncer de próstata diariamente, y se nos muere un paciente cada día. Es decir, enfrentamos más de 1000 casos al año y contamos más de 365 defunciones. Este es un panorama sombrío, pero en realidad esconde una realidad alentadora, en dos de cada tres pacientes se logra superar el cáncer y hoy sabemos que no es un asunto de suerte, sino más bien producto de un diagnóstico temprano.
Los síntomas más representativos están relacionados con la micción: ardor al orinar, levantarse a orinar en la noche, orina frecuente, disminución en el calibre del chorro y hasta la incapacidad para orinar, sin embargo, la mayoría de los procesos cancerosos no dan síntomas, de manera que no espere usted a sentirse mal para hacer los exámenes, al contrario, estos exámenes deben ser anuales, aun cuando no exista molestia alguna.
El tacto rectal es el examen estelar y consiste en meter un dedo a través del ano para palpar las características de la próstata. Aunque sumamente útil, resulta una amenaza a la masculinidad y son muchos los que no están dispuestos a tal revisión.
Hoy contamos con dos pruebas menos engorrosas. El examen de sangre, con el cual podemos inferir la presencia de un cáncer prostático. El ultrasonido también da su aporte, y junto con los dos métodos anteriores, conforman la valoración integral de esta glándula.
La gran noticia, el cáncer de próstata dejó de ser aquella enfermedad devastadora que nos arrebataba a aquel que tocara. Hoy, en la mayoría de los casos le ganamos la pelea a este cáncer, si lo detectamos a tiempo, cuando todavía es un tumor limitado.
Sabemos que hay muchos hombres que han jurado nunca hacerse el examen rectal de la próstata, hasta que la nieta se lo pide, hasta que los hijos lo motivan, hasta que la doña le insiste, hasta que un hermano le habla en serio.
Porque a veces somos así, no comprendemos la importancia del chequeo médico, pero cuando los seres queridos intervienen, somos capaces de superar nuestros tontos complejos, nuestros recónditos temores, nuestras absurdas evasiones y casi como un arrebato impulsivo acudimos al médico.
Otros temen que con el tratamiento se pierdan las erecciones. Recordemos que hoy contamos con abordajes que nos permiten mantener íntegra la erección en la mayoría de los pacientes operados, de manera que no hay razón para postergar los exámenes de la próstata. Convirtámoslo en una costumbre de todos los eneros.