Cuando empezó la Administración del presidente Carlos Alvarado Quesada, realizó múltiples promesas que ilusionaron a miles de cartagineses, quienes esperaron con muchas ansias las mejoras anunciadas, sin embargo, el asunto quedó únicamente en discursos adornados y una elocuente falta de acciones.
La provincia cartaginesa enfrenta múltiples problemas con la red vial nacional, todos los vecinos atestiguan un deterioro considerable y observan cómo, a la fecha, el Gobierno es incapaz de darles una solución.
La primera de ellas tiene relación con la parálisis en los trabajos de ampliación en el trayecto entre Taras y La Lima, los cuales comenzaron sin ningún contratiempo, pero desde setiembre y aún hoy ha sido un caos avanzar con la ruta por evidentes diferencias entre el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y la empresa constructora H. Solís.
En una cortina de humo ante los cuestionamientos sobre el freno a la obra, el 29 de octubre de 2021 la Administración dio a conocer que los trabajos en Taras-La Lima se reanudarían el 1° de noviembre, pero eso nunca ocurrió. ¿Fue un desvío de atención ante los 200 años de la firma del Acta de la Independencia? ¿O simplemente fue negligencia del MOPT mentirles a todos los costarricenses sobre el reinicio de las obras?
Como si fuera poco con respecto a los problemas viales, la inacción del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) ya se ve reflejada en el crecimiento desproporcionado del zacate en la ruta Florencio del Castillo, porque en febrero se les venció la mayoría de los contratos de conservación vial y la institución se durmió en los laureles justificando su mediocridad en el caso Cochinilla. No todo se puede barrer bajo la alfombra escudándose en la grave denuncia por supuesta corrupción tomando en cuenta que los contratos vencieron mucho antes de que explotara el escándalo ante la opinión pública.
Si seguimos hablando de infraestructura, el MOPT prometió que para esta Administración comenzaría la ampliación de la carretera Florencio del Castillo, sin embargo, la realidad es otra y el proyecto de $407 millones ni siquiera se ve cerca de arrancar con los procesos de contratación vial.
El tren a Paraíso fue otra de las promesas incumplidas para los vecinos, quienes lo estuvieron esperando con ansias para movilizarse más rápido hasta el centro de la Meseta Central y viceversa. El problema es que el Gobierno está enfocado en su negocio con el tren eléctrico y dejar amarrado el contrato para endeudar aún más al país en lugar de agilizar los trámites para extender el ferrocarril en el cantón paraiseño.
Con el tema de salud es obvio que la construcción del nuevo hospital de Cartago en el cantón de El Guarco representa una de las urgencias más inmediatas para los vecinos, pero a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no pareciera importarle mucho. Además, toman una actitud defensiva porque no les gusta que los cuestionen, pero si actuaran e hicieran su trabajo, el pensamiento de la población sería diferente.
En su comparecencia más reciente, Román Macaya, presidente de la CCSS, indicó que el proyecto está en su punto más avanzado, pese a la lentitud para la construcción del inmueble.
Ahora habrá que ver si de verdad el proceso de licitación arrancará en febrero de 2022 o únicamente dijeron un plazo por salir del paso y que ya no los ataquen porque pobrecitos. Con este Gobierno, solo el tiempo dirá la verdad.
Carlos Alvarado se preocupó más por sacarse fotos con líderes mundiales de renombre y presumir un liderazgo ampliamente cuestionado en materia ambiental que por resolver las verdaderas necesidades de la población. Le quedan seis meses para finalizar, pero todo parece indicar que ya Alvarado sabe que va de salida, por lo que le importa poco lo que pase. Este Gobierno quedó en deuda, y con creces, porque jugó con el pueblo cartaginés, pero también con toda Costa Rica.